Caracas, un desierto de incertidumbre

Caracas, un desierto de incertidumbre
Por:
  • javier-chavez

Enviado en Caracas

Una sola palabra define lo que se vive en Venezuela hoy. Incertidumbre. Esta palabra aflora lo mismo en charlas de vecinos que hacen filas en supermercados como entre jóvenes que se reúnen pasadas las 17:00 horas en la Plaza Altamira, delante de un grafitti que exige la salida de Nicolás Maduro de la presidencia, justo delante del enorme obelisco dedicado a Luis Roche.

En este barrio del este de Caracas, las miles de gargantas que ayer vitorearon a Juan Guaidó al autoproclamarse presidente encargado, hoy enmudecieron. En su lugar sólo quedan rastros de la represión y de los saqueos protagonizados por jóvenes encapuchados que se enfrentaron con efectivos de seguridad después de que los habitantes de la capital venezolana tomaran de nuevo las calles tras las protestas de 2017.

Incluso las atronadoras protestas a cacerolazos, que se registraron ininterrumpidamente desde la madrugada del pasado lunes, cuando un grupo de 27 militares se sublevó en contra de Nicolás Maduro y tomó un cuartel militar en Cotiza, hoy ni siquiera se escuchan en las montañas que rodean a la capital venezolana.

Con la sombra de la represión oficialista que en la noche del miércoles y la madrugada del jueves dejó un saldo de 26 muertos, mensajes falsos en WhatsApp sobre supuestos toques de queda decretados por grupos criminales en barrios populares y la incursión de efectivos de Fuerzas de Acciones Especiales en Petare, uno de los focos de los cacerolazos en las noches anteriores, los habitantes de Caracas viven en tensión e incertidumbre por saber qué ocurrirá… ahora que tienen dos presidentes: uno reconocido por 18 países, y otro que está instalado en el poder desde 2013.

“Es como si tuviéramos una resaca (…) Ayer salimos y marchamos y gritamos, pero hoy no hay nada. Ni siquiera Guaidó ha salido. Ojalá esto no termine siendo como lo que ocurrió hace dos años”

Juan Sisto

Vecino en el barrio de Altamira, Caracas

Con calles solitarias desde las 19:00 horas, que contrastan con las imágenes de miles de personas que el miércoles por la tarde arroparon a Juan Guaidó, los caraqueños optaron por esperar.

“Es como si tuviéramos una resaca”, relata Juan Sisto, un hombre que junto con otras vecinas discute mientras hace fila en una tienda Farmatodo del barrio de Altamira.

“Ayer salimos y marchamos y gritamos, pero hoy no hay nada. Ni siquiera Guaidó ha salido. Ojalá esto no termine siendo como lo que ocurrió hace dos años”.

Emocionada, Teresa Vera relata a La Razón que el 23 de enero salió a las calles, pero admite que hasta el momento a ella no le queda claro cómo es que operaría el gobierno interino del presidente de la Asamblea Nacional cuando Nicolás Maduro aún ordena incursiones como la que se dio en Petare a partir de las 13:00 horas de ayer y que dejó varias detenciones arbitrarias, según testigos.

El Dato: Jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá, pidieron orar por Venezuela; con pancartas y gritos.

Asimismo, ayer, por ejemplo, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, respaldó públicamente al régimen de Nicolás Maduro en una conferencia de prensa en la que calificó los últimos sucesos en el país sudamericano como altamente peligrosos y los elementos de la Guardia Nacional recorren en sus motocicletas las calles de Caracas como lo hacen todos los días.

“La esperanza volvió a renacer en Venezuela. La pregunta es ¿ahora qué sigue?”, cuestionó Vera.

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