Castro formaliza a su delfín como sucesor; le dejará una Cuba pobre y relegada por EU

Castro formaliza a su delfín como sucesor; le dejará una Cuba pobre y relegada por EU
Por:
  • angel_sastre

La mayoría de la familia de Camilo Condis emigró de Cuba a Estados Unidos en busca de una mejor vida, pero este hombre de 32 años decidió permanecer en la Isla después de que Raúl Castro asumió el cargo de presidente, hace una década, para emprender su supuesto cambio.

Buscando hacer el socialismo sostenible, Castro introdujo una serie de reformas de mercado en la economía estatal y abrió una histórica distensión con Estados Unidos. Facilitó viajes de los cubanos al exterior, permitió tener propiedades, teléfonos móviles, computadoras... y amplió el acceso a Internet.

Condis, que se graduó en la universidad en 2011, año en que Castro anunció la mayor parte de las reformas, tiene actualmente una vida digna en La Habana, trabajando para un restaurante del sector privado de Cuba, donde también alquila una habitación. “Decidí que aquí también podría apostar por un buen futuro (...) pero hay mucha incertidumbre”, afirma Condis en una calle de cafés y tiendas privadas, fruto de los cambios.

[caption id="attachment_728071" align="alignright" width="278"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

Al igual que la mayoría de los cubanos, su mayor preocupación es la economía en crisis, que sigue siendo un tercio menor que en 1985, cuando recibía subsidios de la Unión Soviética, según el execonomista del Banco Central de Cuba, Pavel Vidal.

El gobierno de Raúl sólo implementó una fracción de las reformas de mercado planificadas, que apuntan a profundizar la apertura que Fidel había comenzado tras el colapso de la ex-Unión Soviética en 1991. Incluso retrocedió en algunas medidas.

Aquellos que dieron la bienvenida a los cambios propuestos culparon de esto a la resistencia al cambio por parte del Partido Comunista cubano y a una burocracia arraigada a medida que aumentaba la desigualdad social y disminuía el control del Estado. “Raúl ha creado las grandes líneas, las instituciones; pero lo que no pudo es acabar con la vieja mentalidad”, justifica Carlos Alzugaray, diplomático cubano jubilado.

[caption id="attachment_728072" align="alignleft" width="300"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

Más de dos tercios de los cubanos trabajan en un ineficiente sector estatal, ganando como promedio mensual 30 dólares, aunque la educación y la salud son gratuitas y algunos alimentos y la vivienda subsidiados compensan en cierta medida los bajos salarios. Los cubanos aseguran que siguen luchando para sobrevivir.

Los beneficios de la apertura económica se han concentrado en el sector de servicios privados en las ciudades, especialmente La Habana, donde las mejores relaciones con Estados Unidos impulsaron el turismo. Sin embargo, las posibilidades se vieron reducidas el año pasado, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revirtió parcialmente la distensión y, al parecer, algunas regulaciones más estrictas frenarán aún más los nexos. Mucho dependerá ahora el camino que siga su sucesor, Miguel Díaz-Canel, y de la medida en que Raúl Castro tenga mano en la política, ya que continuará como jefe del gobernante Partido Comunista hasta 2021. El número de cubanos que trabajan por cuenta propia se ha más que triplicado, hasta alrededor de 580 mil, de una población total de 11.4 millones de habitantes. Algunos cubanos han comenzado a ganar —y gastar— mucho más que los demás.

[caption id="attachment_728070" align="alignnone" width="696"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

Si el sucesor de Raúl continúa en su camino de reforma, aún podría ser recordado como la versión cubana de Deng Xiaoping, quien transformó a China de una planificación central fallida, al socialismo de mercado. Pero si la actualización falla, Raúl será recordado como un comunista reformista más que no pudo obligar al sistema a cambiar, a pesar de sus mejores esfuerzos.

El castrismo se queda. Tras el triunfo de la revolución de 1959, Fidel Castro fue designado primer ministro, mientras que la presidencia la asumió Manuel Urrutia y luego Osvaldo Dorticós, hasta 1976. Ese año, después de una reforma constitucional, Fidel fue elegido presidente por la Asamblea Nacional. En 2006, enfermo, entregó la batuta a su hermano menor. Sin embargo, Raúl nunca pudo superar la alargada sombra de su predecesor. Tan sólo siguió la senda del dictador.

“Raúl tiene la experiencia, el liderazgo y la aceptación para seguir aconsejando al gobierno y darle coherencia al trabajo político del partido en función de los cambios que hay que hacer”

Esteban Morales

Politólogo cubano

Finalmente, Fidel Castro murió en 2016 y ahora Raúl, de 86 años, cederá su asiento a un representante de la nueva generación. El sucesor será nombrado el 19 de abril, también por la Asamblea Nacional, ratificado supuestamente en marzo por la ciudadanía.

Se trata “no sólo de un relevo generacional, sino también del fin inevitable del modelo carismático de ‘Fidel al timón’, reformado, pero no abandonado, por su hermano menor”, considera el analista cubano Arturo López-Levy.

“Pocas transiciones en la historia de América Latina y de los países comunistas han sido tan cuidadosamente diseñadas. Para 2021 –cuando Raúl deje el liderazgo del Partido Comunista– corresponderá observar cuán hábil es la élite cubana para ejecutarla”

Arturo López-Levy

Analista cubano

Además, por primera vez en décadas, el presidente cubano no llevará el apellido Castro, no formará parte de la generación “histórica” de la Revolución de 1959 y no vestirá uniforme militar. Y será la primera vez que la jefatura del gobernante y único Partido Comunista de Cuba (PCC) y el liderazgo del país sean ejercidos por personas distintas.

El primer vicepresidente, de 57 años, es el llamado a presidir el Consejo de Estado, máximo órgano de gobierno. De cabello cano y facciones que recuerdan al actor Richard Gere, se trata de un hombre formado en el PCC. Es el número dos del gobierno desde 2013 y fue preparado para esta responsabilidad.

El Dato: Raúl Castro, de 86 años, dejará su cargo, aunque se mantendría como jefe del gobernante Partido Comunista de Cuba hasta su próximo congreso, en 2021.

“Es el más joven dentro de los altos dirigentes, tiene experiencia de trabajo de muchos años, fue secretario del Partido en dos provincias (...) se ha introducido en la vida nacional de manera coherente y todo el mundo espera que sea él”, explica el politólogo cubano Esteban Morales.

Sin la legitimidad de los “históricos”, este civil contará con el apoyo de Raúl Castro. Raúl “tiene la experiencia, el liderazgo y la aceptación para seguir aconsejando al gobierno y darle coherencia al trabajo político del partido en función de los cambios que hay que hacer”, agrega Morales.

Apuestan al continuismo

Los nuevos líderes del gobierno cubano son fichas del gobierno de Castro.

Miguel Díaz-Canel: Ascendió hasta convertirse en 2013 en el primer vicepresidente del país. Para 2009 obtuvo su primer cargo nacional, cuando Raúl Castro lo convocó como su ministro de Educación Superior y en 2012 lo ascendió a vicepresidente.

Marino Murillo: Conocido como el zar de las reformas económicas que implementó Raúl y que significaron una pequeña apertura a la iniciativa privada. Su figura destacó a comienzo de la década de 2010 bajo la dirección de los líderes históricos del país, que hicieron la revolución.

Bruno Rodríguez Parrilla: Es una de las figuras de mayor relevancia internacional, pues se destacó como canciller en los últimos años y defendió a la isla en foros internacionales. Entre 1993 y 2004 se le designó embajador ante la ONU y en esta última fecha pasó a ser viceministro de Relaciones Exteriores. Desde 2009 ocupó el puesto de canciller.

Mercedes López Acea: Se desempeña como primera secretaria del poderoso Partido Comunista en La Habana y como vicepresidenta del Consejo de Estado y Ministro. Integra el Comité Central del Partido Comunista de Cuba desde 1997.