Celebra EU evitar aluvión de misiles y la guerra con Irán

Celebra EU evitar aluvión de misiles y la guerra con Irán
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Un grupo de comandantes estadounidenses que vivió el bombardeo con misiles iraníes, en una de sus bases militares en Irak, destacó la hazaña de haber sobrevivido a lo que llamaron “un acto que puso a dos potencias al borde de la guerra total”.

Los soldados guiaron a la prensa internacional, ayer, por la extensa base aérea Ain al-Assad, al oeste de Irak, donde mostraron cráteres profundos, los restos de viviendas militares y un sitio de lanzamiento de helicópteros destruidos.

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El nivel de los daños, difundido a través de varias imágenes y videos, da cuenta de que Teherán buscaba vengarse del asesinato de un poderoso general iraní, a través de una matanza masiva.

“Éstos (misiles) fueron diseñados y organizados para infligir la mayor cantidad de bajas posible”, explicó a The Washington Post el teniente coronel Tim Garland, uno de los funcionarios de mayor rango en la base el día del bombardeo.

“Estos (misiles) fueron diseñados y organizados para infligir la mayor cantidad de bajas posible”

Tim Garland

Teniente de la misión de EU en Al-Assad

Las tropas de EU narraron que a pesar de que todos pudieron huir a tiempo, sí hubo afectaciones para algunos elementos; al menos dos soldados fueron arrojados por la ventana de una torre de varios metros de altura, y docenas de soldados estadounidenses tuvieron que ser tratados por conmoción cerebral, resultado de los ataques con misiles, informaron funcionarios militares en la base de Al-Assad.

De acuerdo con los testimonios de la operación, oleadas de misiles golpearon la zona con hasta 15 minutos de espacio entre cada una. Durante esos intervalos, una fuerza de respuesta rápida se movía para evaluar los sitios de explosión y encontrar a posibles víctimas.

El ataque duró más de una hora y media, según los comandantes, “con explosiones que iluminaron el paisaje a kilómetros de distancia”.

En entrevistas realizadas por el Post, más de una docena de soldados describieron cómo el aire se calentaba cuando la luz llenó el cielo nocturno y las ondas de choque azotaban el aire.

El teniente coronel Staci Coleman, quien supervisa las operaciones del campo de aviación, expresó que la ausencia de lesiones graves fue “milagrosa”.

Irán reivindicó los lanzamientos como una “severa venganza” en la que había matado a docenas; sin embargo, el presidente Donald Trump y funcionarios estadounidenses e iraquíes aseguraron que nadie murió ese día.

Fuentes del Pentágono sugirieron que el hecho de no haberse registrado muertes fue un factor crucial en la decisión del presidente Trump de no escalar a una guerra con Irán. “¡Todo está bien!” publicó en un tuit horas después del ataque; sin embargo, según lo dicho por los militares en el terreno y daños en varias áreas, la falta de bajas graves fue un milagro.

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WASHINGTON SABÍA DE LA OFENSIVA DESDE HACE MUCHO. Con las tensiones elevadas después del asesinato del mayor general iraní Qasem Soleimani en Bagdad, la base de Al-Assad ya estaba en alerta máxima, incluso realizó varios simulacros en la semana previa a los misiles, en espera de ataques con cohetes.

La noche del martes pasado, previa al evento, a través de una llamada telefónica, se informó a las tropas que esperaran un golpe sin precedentes desde Irán, que involucraba misiles balísticos.

El aviso sirvió para dispersar rápidamente a los soldados en refugios estrechos, torres de vigilancia y bunkers construidos bajo tierra en tiempos del expresidente iraquí Saddam Hussein.

Luego, minutos antes de la 01:30 am, ya del miércoles, llegó una nueva advertencia. El radar indicó que un ataque con misil balístico era inminente. Los altavoces emitieron advertencias y la base se preparó para el impacto.

Desde una torre de vigilancia, el coronel Joel Valdivia, de 30 años, avisó a sus compañeros de la llegada de los primeros cuatro misiles. Minutos después de que envió la advertencia a un equipo de respuesta rápida, dijo al Post, el aire se llenó de luz y la estructura comenzó a temblar.

Dentro de algunos bunkers, el impacto de los misiles hundió marcos de puertas y “los edificios prefabricados se torcieron en cadáveres de metal irreconocibles”, narró.