Desalojo violento atiza a indignados

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El desalojo violento de la policía contra un grupo de 200 manifestantes que ocupaban la plaza de Cataluña desde la semana pasada volvió a activar las manifestaciones en gran parte del país. El operativo dejó 121 heridos; 37 de ellos policías.

Las autoridades de Cataluña negaron que su objetivo fuera desalojar a los “indignados” y aseguraron que lo que pretendían era limpiar la plaza de cara a las celebraciones que se prevé allí mañana sábado si el Barça gana la final de la Champions en Londres contra el Manchester United. Esta es la primera represión desde que iniciaron las protestas masivas en todo el país, el 15 de mayo.

“El objetivo no era desalojar, sino recuperar la normalidad desde un punto de vista de higiene, seguridad y salud pública y disminuir el riesgo de una posible celebración ante una hipotética victoria del FC Barcelona”, dijo el consejero de Interior del gobierno catalán, Felip Puig.

Al retirarse las fuerzas de seguridad los llamados “indignados” volvieron a tomar la plaza y miles de personas en todo el país salieron a las calles a protestar en contra de la brutalidad policiaca y a resucitar este movimiento.

Los acampados han lamentado que la intervención policial se haya producido sin intentar dialogar antes con los presentes, y han señalado que ya tenían previsto retirar los objetos peligrosos antes del sábado por la noche para evitar incidentes ante una posible celebración de los aficionados del FC Barcelona.

“Ya no tenemos miedo”, decían manifestantes en la Plaza de Catalunya, mientras que en el centro de las protestas de la semana, en la Puerta del Sol, los españoles gritaban “Cataluña no está sola”.

En Zaragoza, Granada y Sevilla, Soria, y otras 10 ciudades hay protestas.