División interna del chavismo, el punto de quiebre de la dictadura

División interna del chavismo, el punto de quiebre de la dictadura
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  • armando_chaguaceda

ASÍ ES QUE SE GOBIERNA!Colectivos le tiran lacrimógenas a la GNBSrs. esto es HOY! AHORITA! #AsambleaNacional pic.twitter.com/kgDlzSdVFp

—  FDP (@Ope_Legis_Vzla) 27 de octubre de 2016

Desde la llegada de Nicolás Maduro, junto al declinante apoyo popular, se incrementaron la represión política, la militarización de la economía y el control social. El Ejecutivo, apoyado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Consejo Nacional Electoral (CNE), postergó las elecciones regionales y locales, y puso innumerables trabas a la recolección de firmas para el revocatorio del presidente. Gobierno y oposición, conscientes de las preferencias ciudadanas, apostaron respectivamente a impedir o celebrar nuevos comicios ordinarios —elecciones a gobernadores y alcaldes— y extraordinarios —revocatorio—.

Esta semana Venezuela ha pasado la delgada línea que separaba un autoritarismo electoral de una dictadura, apenas maquillada por ripios republicanos. Partiendo de esa coyuntura, La Razón convocó a varios expertos venezolanos —los politólogos Ángel Álvarez, Luis Gómez Calcaño y María Isabel Puerta, el historiador Guillermo Aveledo, la socióloga Gisela Kozak y la psicóloga social Yorelis Acosta— a evaluar las fuerzas y escenarios en disputa.

Desde el gobierno: abortar el referéndum. Para Álvarez, el gobierno no cuenta con votos para ganar una elección, pues la diferencia entre el apoyo y el rechazo es tan grande que necesitan un megafraude. Ese escenario explica, según Gómez, que no acepte el referéndum como forma pacífica de ratificación o salida.

Sin que las negociaciones, incentivos o presiones hayan trabajado en pro de la activación de ese mecanismo de democracia directa, el régimen ha preferido dilatar o torcer la ley, reprimir las movilizaciones ciudadanas, amenazar con el encarcelamiento de dirigentes opositores y, ahora, abortar el referéndum. Exhibiendo su impunidad para imponer decisiones, lo que afecta moralmente a una oposición mayoritaria, pero desarmada frente a la fuerza represiva de Miraflores.

Como indica Álvarez, una estructura militar, jerárquica, cerrada y vigilada por órganos de inteligencia, soporta al Gobierno. Sus jefes son, a la vez, jefes del gobierno. Y sus beneficios de gobernar son superiores a los costos de defeccionar. A ello hay que sumar la existencia del Partido Socialista Unido de Venezuela, un partido de Estado, disciplinado por el interés común de conservar el poder y el miedo a los costos de la salida. Así como una burocracia que acata e implementa las agendas del llamado Alto Mando.

Desde la oposición: resistir la deriva autoritaria. Gómez señala como únicos recursos reales de poder opositor las gobernaciones de tres estados y numerosos alcaldes, asediados desde el gobierno central por la negación de recursos y las amenazas de encarcelamiento. Para Álvarez, la heterogeneidad, la indisciplina y la competencia interna son, según el experto, cosa común dentro de los partidos opositores y en la coalición que les reúne, denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Con lo que sí cuentan en abundancia los líderes opositores es con el voto de una enorme mayoría —socialmente heterogénea y políticamente independiente— deseosa de cambiar al gobierno pacíficamente y convencida de lo deseable de mantenerse unidos. La MUD cuenta con dos cosas: millones de votantes (que no activistas heroicos o armados) y la efectiva consigna de “unidad”.

Desde esos presupuestos, la respuesta opositora ha sido el anuncio de nuevas movilizaciones y de sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacional. Según Calcaño, no parece haber en este plan una estrategia de desobediencia civil bien organizada, capaz de revertir el creciente autoritarismo del régimen. Pero Álvarez valora positivamente que la MUD responda a la arremetida del gobierno con la decisión de resistir, defendiendo su unidad interna e incluso dando un espacio a los factores internos —y radicales— orientados a la política de calle.

Los escenarios. Los últimos años la sociedad venezolana ha sufrido cambios profundos, que impactan la psicología individual y colectiva y enmarcan la actual crisis política. Acosta identifica un predominio de emociones negativas —tristeza, angustias, desánimo, perplejidad y sufrimiento— que se intensifican con expresiones de desesperanza, rabia y violencia. Pero apunta también a que la crisis provoca un cuestionamiento generalizado del Gobierno, una disminución de la polarización, al tiempo que se apoyan en la estrategia de la oposición frente a la agenda gubernamental.

La oposición deberá mostrar fuerza de calle y el gobierno responderá con capacidad represiva. La represión comienza a generalizarse, alcanzando mandos altos y medios de la oposición e incluso a académicos simpatizantes de ésta. Ante este panorama, sólo una división interna del chavismo y una mayor implicación internacional podría inducir al régimen a una auténtica negociación.

La coyuntura es compleja. Puerta enfatiza que vivimos ya en dictadura, donde los poderes públicos subordinados al gobierno nacional han confiscado el único mecanismo capaz de garantizarle a la totalidad de la población una salida pacífica y democrática a la crisis política. Kozak lamenta que el modelo bolivariano, en su crisis, haya dañado no solo la herencia democrática lograda en 1958 sino también el tejido social del país. Aveledo, por su parte, recuerda que la democracia venezolana jugó un papel importante en el aislamiento internacional de las dictaduras latinoamericanas, por lo que hoy los demócratas de la región no deberían abandonarla a su suerte.

Diputados huyen de chavistas violentos

Tras el anuncio de una huelga general de 12 horas para el próximo viernes, convocada por la oposición, el diputado oficialista Diosdado Cabello -considerado el número dos del chavismo-, dijo que las Fuerzas Armadas de Venezuela tomarán el control de las empresas que se sumen a la movilización.

Durante su programa semanal de televisión, Diosdado afirmó que la decisión de intervenir las compañías que no operen este 28 de octubre es conocida por el presidente del país, Nicolás Maduro. “Lo conversé con el presidente, instrucción del presidente, empresa que se pare, empresa tomada por los trabajadores y por la Fuerza Armada, aquí no vamos a permitir bochinche”, sostuvo Cabello.

El también primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) aseguró que esta medida se aplicaría para “evitar” que los ciudadanos “paguen las consecuencias de estos locos”, en alusión a los representantes de la alianza antichavista, Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

La MUD explicó que este llamado a paro tiene como objetivo protestar “por la violación al derecho al voto” tras la suspensión del proceso para un referendo revocatorio presidencial este año. El secretario ejecutivo, Jesús Torrealba, aseveró que esta paralización busca mantener vacías las calles y al “país desierto”.

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Presionan con huelga general

La oposición pide a los venezolanos no salir a trabajar hasta las 18:00 horas; Gobierno amenaza con tomar las empresas que no abran

Por Ángel Sastre

mundo@3.80.3.65

El Juego de Tronos comenzó en Venezuela con dos reinos bien diferenciados: el Palacio de Miraflores y la Asamblea Nacional. Ambas partes apuntan cañones con diferentes estrategias para derribar las murallas de los feudos contrarios. El problema es que el asedio podría terminar en guerra. Ayer la tensión seguía en aumento. Grupos de simpatizantes del chavismo se hicieron presentes en los alrededores de la Asamblea Nacional (AN) y quisieron impedir el paso de los diputados opositores que pretendían entrar en el edificio para discutir la “ruptura de la democracia”.

El secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, informó de que también había un cordón de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) con el objetivo de dificultar el libre tránsito en el día en que se desarrollaba otra sesión importante en el Parlamento.

Con una mayoría opositora, la Asamblea retomaba el debate para analizar el juicio político a Maduro por lo que ha denominado “ruptura del hilo constitucional y la democracia”. Sólo un paso más en su hoja de ruta hacia el Palacio de Miraflores.

Ayer la MUD decidió participar en el diálogo político con el Gobierno anunciado por el Vaticano para plantear sus condiciones, aunque no dará tregua: el presidente de la AN, Ramos Allup, afirmó que el Parlamento determinará la política de Maduro “en abandono del cargo”.