En juicio histórico contra Trump Senado regala proceso breve

En juicio histórico contra Trump Senado regala proceso breve
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El debate de la primera sesión del juicio político al presidente Donald Trump se extendió hasta bien entrada la noche, ayer, en medio de una dura batalla entre republicanos, aliados del magnate, y un grupo de demócratas que persevera en lograr la primera destitución de un mandatario en la historia del Estados Unidos.

Al cierre de edición, no se había llegado al anhelado acuerdo de los republicanos, que plantearon un reglamento para garantizar que el juicio político fuera “óptimo, rápido y breve”.

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Aunque los senadores republicanos, que tienen mayoría, son quienes deciden cómo funcionará el proceso, se enfrentaron a la férrea exigencia de los demócratas, quienes no quieren un juicio exprés y que demandan el llamado a testigos clave.

El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, presentó su propuesta para reglamentar el impeachment, pero los demócratas se opusieron.

De acuerdo con la propuesta de McConnel, un aliado del presidente, el juicio a Trump permitirá el desglose de evidencias, pero si un solo legislador se opone, éstas se retirarán.

“El abogado del presidente y otras personas en esta sala han estado hablando mucho sobre lo tarde que se está haciendo, cuánto tiempo lleva este debate”

Jason Crow

Senador demócrata, por Colorado

Durante el impeachment al expresidente Bill Clinton, en 1999, cada parte imprimió grandes volúmenes de papel con pruebas y las dejó en los escritorios de los senadores, sin que esto dependiera de la aprobación del Senado.

Es poco probable que la mayoría  se oponga a ver las evidencias, pero los demócratas sostienen que el hecho de que tengan que votar para verlas es indicativo de cómo los republicanos no quieren celebrar un juicio equilibrado.

En otro aspecto del reglamento propuesto, cada lado de la acusación tendrá tres días para presentar sus argumentos.

La propuesta original pedía 24 horas de discusión para ambas partes. Pero después del rechazo de la senadora republicana Susan Collins, ese límite se extendió, lo que significa que la resolución no llegaría tan tarde.

McConnell declaró que está trabajando “en total coordinación” con el equipo de defensa de la Casa Blanca, por lo que se puede suponer que los abogados de Trump no tuvieron problema con la escasez de tiempo. En un informe legal presentado el lunes, el equipo del magnate instó a los senadores a absolver “inmediatamente” a Trump, al encontrar que el proceso está plagado de irregularidades; los senadores rechazaron esta medida, al menos por el momento, pues creen que si le permiten este privilegio al presidente no podrá limpiar su nombre; por lo que en el reglamento, se prevé que la defensa presidencial podrá solicitar la anulación del juicio, después de que los fiscales desahoguen sus acusaciones.

El hecho de prolongar un juicio no sólo resulta inconveniente para los republicanos, también los demócratas enfrentan problemas, pues tienen que resolver un cronograma de campaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2020. En el Senado hay tres candidatos que buscan la nominación.

Después de abrir los argumentos, los senadores tendrán 16 horas para hacer preguntas por escrito. Esto es consistente con el juicio de Clinton, donde los senadores hicieron más de 100 preguntas. La parte “por escrito” está en línea con las reglas oficiales del Senado para un juicio político, diseñado para evitar la exaltación de los legisladores.

El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, leerá las preguntas en voz alta, y el lado apropiado, defensa o acusado, podrá responderlas.

Después de un debate de cuatro horas sobre este tema, cuatro senadores republicanos deberán romper las líneas del partido y votar con los demócratas para mantener el juicio en marcha y llamar a nuevos testigos.

Si eso sucede, el Senado presentará nuevas pruebas a las que los demócratas de la Cámara no podrían acceder porque Trump prohibió a sus actuales y antiguos ayudantes cooperar con los investigadores de la Cámara de Representantes. Pero si el Senado aprueba testigos, la defensa de Trump también podría obligar a su rival político, Joe Biden, y a su hijo, Hunter, a testificar.