En la Cuba de Raúl Castro: deshielo con EU... y la peor crisis económica

En la Cuba de Raúl Castro: deshielo con EU... y la peor crisis económica
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En La Habana

“Como nuestro país se encuentra amenazado por el Gobierno de Estados Unidos, delego con carácter provisional mis funciones como primer secretario del Comité Central del Partido Comunista en el segundo secretario, compañero Raúl Castro Ruz”. Hoy se cumple una década de la histórica proclama de Fidel Castro tras su “accidente de salud” que lo tuvo entre la vida y la muerte, leída al país por Carlos Valenciaga, en aquel momento jefe del despacho del Comandante en jefe, hoy purgado por su sucesor.

Tras dos años de rumores y especulaciones en los que su salud fue “secreto de Estado”, su hermano Raúl Castro fue nombrado formalmente presidente del Consejo de Estado en febrero de 2008 y un mes después inició sus primeras reformas económicas.

Fue un relevo suave y sin traumas que terminó de consolidarse en 2011, con la elección del pequeño de los Castro como primer secretario del Partido Comunista.

Desde entonces Raúl, el artífice de la “actualización socialista”, emprendió una serie de ambiciosas reformas y —aunque demasiado lentas para muchos—, como los espacios abiertos al sector privado, mayores facilidades a la inversión extranjera, o la eliminación de restricciones que agobiaron a los cubanos por décadas como los viajes al exterior o la compraventa de coches y casas.

En la Cuba de hoy, alrededor de medio millón de personas son “cuentapropistas”, una nueva clase de emprendedores, microempresarios y asalariados autónomos que han cambiado el panorama económico del país con miles de pequeños negocios como restaurantes, cafeterías, hostales, gimnasios o salones de belleza.

“El pueblo nuevamente se crecerá frente a las dificultades, sin el menor atisbo de derrotismo y plena confianza en su Revolución”, aseguró el presidente cubano a la Asamblea Nacional a principios de mes, tras reconocerse el shock provocado por la debacle económica del gran aliado bolivariano y la caída de los ingresos obtenidos del níquel y del azúcar.

Unas palabras tan entusiastas como alejadas de la realidad. La desconfianza era y es de tal calibre que se han vuelto a romper records migratorios: más de 44 mil cubanos han llegado a EU en los últimos 12 meses y otros cuantos miles se encuentran bloqueados en el corredor centroamericano, incluso en Quito (Ecuador) y Turbo (Colombia). El “todos se van” formulado por la escritora Wendy Guerra ha convertido a Cuba en el país más viejo del continente, con casi un 20 por ciento de ancianos.

Debido a los bajos salarios y las dificultades económicas que todavía atraviesan muchas familias, las reformas no han frenado el éxodo de cubanos, especialmente a Estados Unidos, alentados por los beneficios migratorios, como quedó en evidencia con la crisis desatada el año pasado por los emigrantes cubanos varados en Centroamérica.

Estas medidas no han impedido el nuevo ‘tsunami’ económico, que algunos en la Isla ya lo comparan con un Periodo Especial, como el sufrido tras la caída de la Unión Soviética. Los ajustes energéticos y la reducción de gastos anunciados por Raúl amenazan con convertirse en una bola de nieve en medio del Caribe.

Periodistas independientes certifican la existencia de apagones, pese a que el Gobierno asegura que no afectarán a la población. Los edificios públicos funcionan sin aire acondicionado, se ha reducido la iluminación pública, se han descartado los aumentos salariales, el transporte funciona aún peor y la escasez de petróleo ha provocado la subida del precio de los almendrones, que perseguidos por las autoridades abandonan parcialmente las calles.

Sin abandonar su fidelidad a las causas del mundo en desarrollo y la izquierda ni a sus socios “bolivarianos”, Raúl Castro teje una política exterior más pragmática y abierta que lo acerca, entre otros, a la Unión Europea, bloque con el que Cuba firmó el pasado marzo su primer acuerdo de diálogo político y cooperación.

Aunque sin duda, el cambio más radical en la Cuba “raulista” fue el deshielo diplomático con la némesis de la Revolución, los Estados Unidos “capitalistas e imperialistas”, después de más de cinco décadas de hostil relación.

El 17 de diciembre de 2014, los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaron que Cuba y Estados Unidos restablecían relaciones, un giro diplomático que sorprendió tanto a la comunidad internacional como a los propios cubanos, que acogieron la noticia con optimismo y alegría, aunque con cierta cautela.

Desde esa fecha el pueblo cubano, que anhela el levantamiento definitivo del embargo que asfixia la economía, ha vivido acontecimientos impensables cuando Fidel dejó el poder: la bandera de las barras y estrellas ondea en una embajada de Estados Unidos y un mandatario de ese país viajó por primera vez en 88 años a la Isla el pasado marzo, algo insólito en la Cuba revolucionaria.

En el último año, atraídos por ese aura de “isla prohibida”, miles de estadounidenses visitan Cuba, que en 2015 batió el récord de 3.5 millones de turistas, un boom que está nutriendo la economía de vitales ingresos en divisas pero que también evidencia la endeble infraestructura del país.

St. Petersburgo, ¿sede consular?

St. Petersburgo, Florida, parece ser el candidato principal para ser sede del primer consulado cubano en Estados Unidos en más de cinco décadas.

Autoridades cubanas pasaron el pasado sábado recorriendo la ciudad ubicada en la costa oeste de Florida, de acuerdo a un reporte del The Tampa Bay Times. El diario publicó que el cónsul general de Cuba de su embajada en Washington D.C. y el segundo al mando observaron bienes raíces en el centro de St. Petersburgo.

Tanto Tampa como St. Petersburgo aspiran a ser sede del consulado, pero hasta ahora, las autoridades no han recorrido Tampa. Miami cuenta con una gran población de cubanoestadounidenses, pero muchos líderes de la ciudad expresaron su oposición a que el consulado se ubique ahí.

Las labores del consulado incluyen la emisión de visas así como la promoción y asistencia comercial y otros aspectos empresariales.

La Habana reclama a Washington 300 mil mdd

Redacción La Razón

El gobierno de Barack Obama advirtió que la magnitud y complejidad de las millonarias compensaciones económicas que se reclaman mutuamente con Cuba no tiene precedentes y hace imposible anticipar cuándo podría llegarse a un acuerdo.

Una alta funcionaria del Departamento de Estado dijo el pasado viernes que ambas partes evalúan cómo han resuelto reclamos de ese tipo otros países, para determinar si pueden servir de guía para resolver un tema considerado prioritario para normalizar las relaciones bilaterales.

Ambos gobiernos celebraron la víspera en Washington la segunda ronda bilateral sobre compensaciones.

La funcionaria, que solicitó el anonimato porque su despacho le prohíbe hablar públicamente con periodistas, señaló que Cuba ha mostrado disposición a alcanzar un acuerdo pero aún no ha presentado una explicación detallada por rubro, sobre los 300 mil millones de dólares que reclama a Washington por perjuicios humanos y económicos causados por el embargo estadounidense.

Hasta ahora, el gobierno de la Isla ha presentado como fundamento dictámenes de tribunales cubanos, dijo.

Cuba también tiene otro reclamo por activos congelados, el cual no cuenta actualmente con un avalúo específico, porque la cantidad de bienes en esa condición ha cambiado con el correr del tiempo, añadió la funcionaria.

Washington, por su parte, reclama más de cuatro mil millones de dólares, que se dividen en mil 900 millones de dólares (más un interés de seis por bienes incautados a empresas y ciudadanos durante la revolución cubana de 1959; dos mil 200 millones de dólares por sentencias emitidas por tribunales estadounidenses contra Cuba, que siguen pendientes de ejecución, y otros 200 millones de dólares por los intereses que el gobierno estadounidense poseía en el sector minero cubano en la década de 1950.

Agregó que los dos países sopesan la posibilidad de comenzar con un grupo de reclamos o seguir el enfoque tradicional de suscribir un acuerdo bilateral que detalle los reclamos a resolver, y que en ocasiones puede ir acompañado de un pago en efectivo.

La funcionaria relató que los reclamos suelen surgir cada vez que dos naciones normalizan relaciones, y en países cuyos activos han sido congelados por Washington. Mencionó como procedentes a Vietnam y China.