Sin freno al Covid crece escasez alimentaria

La enviada especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Agnes Kalibata alertó que sin un freno al Covid-19 continuará al alza la escasez de comida, principalmente en países pobres, que aún se encuentran en lista de espera para recibir vacunas contra el virus o temen rebrotes.

La especialista en sistemas alimentarios indicó que a más de un año del inicio de la pandemia el costo de los alimentos se ha incrementado significativamente, por lo que adelantó que el desafío de este año será aún mayor que el de 2020, debido a la contracción económica que se enfrenta a nivel mundial

Recordó que muchos gobiernos se prepararon para una crisis prolongada; sin embargo, los efectos podrían alargarse hasta cinco años y elevar las dificultades; lo que se suma a los pronósticos de Oxfam de que las personas pobres tardarían hasta 10 años en recuperarse, mientras que las ricas ya lo habían hecho, lo que abre más la brecha de la desigualdad.

Explicó a The Guardian que el riesgo entre quienes viven en la pobreza es mucho más alto que al inicio de esta emergencia, pues no han logrado salir de la crisis o se han visto afectados por falta de ingresos o desempleo, problemáticas que se han prolongado, pues insistió que “los precios aumentan muy rápido”. Al respecto, el Banco Mundial indicó que el costo de alimentos subió hasta 14 por ciento durante el año pasado.

Incluso, algunos organismos adelantaron que durante este año de pandemia casi se duplicó la cifra de personas que viven en condiciones de marginación.

Agregó que a estos temas financieros se suma la intermitencia de mercados por los cierres de fronteras para evitar un alza de contagios, que impacta también al sector agrícola, de por sí ya amenazado por condiciones climáticas, como las sequías, que ponen en duda que se logren sus cultivos.

Por lo que llamó a fortalecer los sectores dedicados a la producción y distribución de alimentos, mientras continúa la entrega de vacunas y se limitan los cruces fronterizos, aunque exista el temor por el arribo de nuevas variantes como la británica, la sudafricana y la brasileña.

Kalibata señaló que ejemplo de ello es que algunos sectores están agotando sus reservas de comida y económicas, pensando que resistirían, pero es incalculable por cuánto tiempo más lo harán.

ASTRAZENECA, CON LUZ VERDE

Una semana después de garantizar que la vacuna es segura para mayores de 65 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobó su uso de emergencia al asegurar su calidad y eficacia, con lo que acelera su plan de vacunación a través del mecanismo Covax.

El director general del organismo, Thedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que se avanza con sus dos versiones, al recordar que se fabrica en diferentes plantas en colaboración con firmas británicas y surcoreanas, por lo que se requirió una doble revisión, como si se tratara de dos biológicos. Con ello da esperanzas de controlar la pandemia que ya ha dejado 2.4 millones de muertos en el mundo.

Sin embargo, admitió que falta aumentar la producción para garantizar una distribución rápida, por lo que plantea enviar más de 300 millones de dosis a países pobres; previamente indicó que hay una desigualdad en la vacunación, pues son los países ricos los que acaparaban el suministro.

Además, la OMS analiza junto a la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) la evolución del virus para determinar si han mutado lo suficiente para hacer cambios en las vacunas ante el surgimiento de nuevas cepas.

Recordaron que las dosis que se aplican a nivel mundial han mostrado una menor eficacia, por lo que ya revisan las recetas para modificarlas siguiendo el ejemplo de la vacuna contra la influenza, que se renueva año con año.