La deuda argentina ya es oficialmente impagable

Tal como lo esperaba el presidente de Argentina, el izquierdista Alberto Fernández, el equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que visitó el país para evaluar sus condiciones económicas, concluyó ayer que la deuda de esa nación sudamericana es “insostenible”.

La declaratoria siguió a una recomendación que resulta conveniente al nuevo gobierno: acordar con sus acreedores una reestructuración de sus pasivos.

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En un comunicado emitido en Washington, el organismo sostuvo que como consecuencia de la devaluación de más de 40 por ciento del peso argentino, desde julio pasado, el alza del riesgo-país, la caída en las reservas internacionales y la contracción de la economía, “la deuda pública bruta aumentó a 90 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB)”.

Por tanto, indicó, el superávit primario necesario para reducir la deuda y las necesidades de financiamiento “no es económicamente ni políticamente factible”.

El organismo sugirió al Ejecutivo argentino “continuar un proceso colaborativo con los acreedores privados para maximizar su participación en una eventual operación de deuda”.

La semana pasada, el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, desplegó un panorama alentador de las negociaciones con el Fondo, el principal acreedor del país, pero al mismo tiempo dio a entender que a los bonistas privados se les ofrecería una fuerte quita de capital en la reestructuración de la deuda, de unos 100 mil millones de dólares.

En la actualidad, Argentina atraviesa una fuerte recesión económica, con una inflación que en 2019 fue de 53.8 por ciento, la más alta de los últimos 28 años, y una pobreza cercana a 40 por ciento.

Guzmán sostuvo que el país tiene voluntad de pagar, pero no posee capacidad para hacerlo y que “para poder pagar, Argentina tiene que crecer, y para poder crecer, se tiene que sacar de encima el peso de una deuda que asfixia”.

La estrategia del gobierno del presidente Alberto Fernández es lograr un acuerdo con el FMI por el préstamo otorgado en 2018 a su antecesor, Mauricio Macri, en medio de una crisis cambiaria. Pero en una presentación ante el Congreso, Guzmán no dio precisiones sobre la propuesta para los acreedores privados.

Fernández ha dicho que Argentina se da un plazo hasta el 31 de marzo para alcanzar un acuerdo con los bonistas, pero todo indica que las negociaciones serán complejas. A principios de mes, el gobierno ofreció un canje de un bono emitido en pesos pero atado a la evolución del dólar que recibió la adhesión de apenas 10 por ciento de los tenedores, por lo que la operación fracasó.

Por otra parte, el equipo del FMI dirigido por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, subrayó que el gobierno argentino ha implementado medidas para combatir la pobreza y estabilizar la economía, que el peso se ha estabilizado a través de más controles de capital y que las expectativas de inflación disminuyeron, aunque advirtió que “esfuerzos adicionales serán necesarios” para equilibrar las cuentas nacionales.