La eurofobia toma bríos en... el viejo continente

La eurofobia toma bríos en... el viejo continente
Por:
  • mirentxu_arroqui

Las últimas elecciones en Italia demostraron que si bien las fuerzas populistas salieron destruidas de los comicios de Francia y Países Bajos, la pesadilla continúa y la animadversión hacia el proyecto de integración europea no se disipará por arte de magia.

Si se contabilizan los porcentajes de voto de la Liga (18 por ciento) y el movimiento Cinco Estrellas (32 por ciento) se obtiene la escalofriante cifra de que la mitad de los electores italianos apoya a fuerzas abiertamente en contra de la UE. Respecto a los últimos comicios regionales de 2015, el aumento es considerable. Ese año, el M5E logró 18.4 por ciento de los sufragios y la Liga Norte 12.5 por ciento.

El Dato: En la mayor parte de Europa, los partidos socialdemócratas se encuentran en su momento más bajo.

En las últimas elecciones legislativas austriacas celebradas en octubre, 26 por ciento de los votantes apoyaron a los ultraderechistas del Partido de la Libertad, que entreron en el gobierno de coalición con seis carteras y consiguieron integrarse en el paisaje sin demasiados aspavientos por parte de las instituciones comunitarias.

En los comicios alemanes, también la ultraderecha de AfD penetró en el Bundestag con 12.6 por ciento de los sufragios, 8.2 por ciento más que en los anteriores. A pesar de que en Países Bajos, el líder xenófobo Geert Wilders sufrió un importante revés, consiguió 13.1 por ciento de los votos; tres por ciento más respecto a 2012.

También hay algo de esperanza. Si hay un país en el que el relato del bien (la UE, Emmanuel Macron) contra el mal (eurofobia, Marine Le Pen) parecía tejido a la medida de Bruselas, ése es Francia.

Macron consiguió imponerse a Le Pen en la segunda vuelta con un margen holgado (66.10 frente a 33.90 por ciento); pero la primera vuelta de estos comicios dejaron ver algunas grietas ante tanto optimismo. Le Pen consiguió 21.30 por ciento de los sufragios (17.07 por ciento en la primera vuelta de 2012) y movimientos de izquierdas con tintes euroescépticos de Jean Luc Mélenchon, 19.58 por ciento. En total, 40.88 por ciento de los votantes franceses se decantaron en la primera vuelta por opciones muy críticas contra el statu quo europeo.

Si se contabilizan los últimos comicios en Países Bajos, Francia (elecciones presidenciales), Alemania, Austria (legislativas) e Italia, transcurridos entre 2017 y 2018, se deduce que 27.12 por ciento de su electorado, más de la cuarta parte, votaron en contra de la UE con diferentes matices.

Cuatro escenarios para un gobierno en Italia

El reparto final de los escaños, retrasado por la complicada ley electoral, confirma que ningún partido ni coalición tiene la mayoría para mandar.

Que el secretario de la Liga Norte, Matteo Salvini, capte 50 diputados y 30 senadores de los descontentos.

Que se forje una alianza entre el centroizquierda y la derecha para

evitar que el M5S llegue al poder.

Que Luigi Di Maio y Matteo Salvini den un paso atrás en sus afanes de liderazgo y se cree un gobierno de transición con el compromiso de aprobar una nueva ley electoral y regresar a las urnas.

Que el M5S mire a la coalición de izquierdas junto con Libre e Iguales, con 14 diputados.

Italia ha tomado la delantera de la eurofobia gracias también a la astucia de sus líderes. M5E ha aprendido del error de Le Pen y abandonó, no se sabe si por convicción o cálculo, las propuestas más arriesgadas a favor de celebrar un referéndum para abandonar la moneda única. Pero los mimbres son los mismos. Vía Twitter, Nigel Farage (con el que forma familia M5E en el europarlamento) y Marine Le Pen (en el mismo grupo que la Liga) no podían ocultar su entusiasmo, ayer.

Ante este panorama, Bruselas se ha sumido en el silencio. El portavoz comunitario Margaritis Schinas mostró ayer su confianza en el papel del presidente de la República italiana, Sergio Matterella, a la hora de dirigir las negociaciones y formar gobierno y parafraseó el “mantén la calma y sigue adelante”, eslogan que el Ejecutivo británico ideó para mantener el ánimo de la población durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.

Inmigración impulsó el sufragio radical

Una de las claves para entender los resultados de las elecciones son, sin duda, los jóvenes y el desempleo, puesto que sólo 17 por ciento de ellos tiene trabajo. Además, el número de jóvenes —entre 25 y 34 años— con trabajo ha disminuido más que en ningún otro país europeo y apenas llega a cuatro millones.

Y son ellos los que han castigado a los partidos tradicionales y se han decantado por el absentismo o por el Movimiento 5 Estrellas. Según datos de la Fundación Migrantes, en 2016, 124 mil italianos dejaron el país. A todo esto hay que sumar los problemas de inseguridad, la crisis económica y la inmigración, uno de los temas en los que se centraron Berlusconi, líder de Forza Italia, y Salvini, de la Liga, quienes prometieron la expulsión de 600 mil migrantes.

Según los sondeos, de los millenials llamados al voto —500 mil en toda Italia— únicamente habrían acudido a las urnas 40 por ciento.