Latas de refresco, nueva arma para explotar aviones

Latas de refresco, nueva arma para explotar aviones
Por:
  • j._m._zuloaga

En Madrid, España

Los expertos en aviación trabajan con la hipótesis de que el accidente del avión de la compañía egipcia Egyptair, que cubría la ruta París-El Cairo, y desapareció durante la madrugada del jueves pasado, fue un atentado terrorista.

Según fuentes consultadas por

La Razón, el hecho de que el aparato, con 66 personas a bordo, se extraviara súbitamente de los radares hace pensar en una explosión en el interior y que, por la altura de crucero en la que volaba, prácticamente se habría desintegrado, como ocurrió con el avión ruso contra el que atentó la rama egipcia del Estado Islámico el pasado 31 de octubre.

En este caso cayó sobre el Sinaí, causando la muerte de todos sus pasajeros y tripulantes.

Aunque las autoridades francesas (el avión partía de París, donde las medidas en los aeropuertos son muy estrictas) y las egipcias han pedido que no se hagan conjeturas sobre las causas de la desaparición de la nave, hay muchos elementos que avalan la hipótesis del atentado.

El hecho de que el avión perteneciera a la compañía de bandera de Egipto, país que se ha convertido en un objetivo preferente del Estado Islámico, es un factor a tomar en cuenta.

El Daesh (o EI) actúa a través de su wilayat del Sinaí, llamada los Soldados del Califa, que se ha demostrado letal y activa, aunque no ha logrado ocupar terreno, como ha ocurrido en Siria e Irak.

Además, si se llegara a demostrar que, bien a través de un pasajero suicida, o mediante un fallo (la seguridad perfecta no existe) en un aeropuerto internacional, los yihadistas habrían logrado otro tanto en su estrategia de llevar la guerra subversiva de carácter terrorista a Occidente, el desprestigio de las Fuerzas de Seguridad y el miedo a sucesos similares podrían tener imprevisibles consecuencias.

No es casualidad que el EI dedique numerosos efectivos económicos y humanos a las “acciones en el exterior” y que haya designado como jefe a Abu Ahmad (aún no identificado) que formaba parte en conjunto con el fallecido Abdelmahid Abaaoud, que dirigió los atentados de París de noviembre del año pasado.

Además, varios pilotos contactados por distintas agencias mostraron su extrañeza por la repentina pérdida de contacto entre la tripulación y la torre de control, así como por el hecho de que el avión se hubiera esfumado de los radares.

La combinación de ambos hechos refleja que el accidente se debió a algo catastrófico.

En febrero de este año, el Estado Islámico intentó derribar otro avión, esta vez en Somalia, a través de sus aliados de Al Shabab.

La acción criminal falló porque el terrorista suicida accionó la bomba, escondida en la batería de una computadora portátil, antes de que el avión alcanzara la altitud de vuelo.

En ese caso el aparato se habría desintegrado, pero como el artefacto fue detonado sólo 15 minutos después del despegue, cuando no había alcanzado dicha altitud, el aparato sufrió sólo un boquete en el fuselaje que permitió al piloto tomar tierra. El agujero succionó a un pasajero que murió al caer.

En el caso del avión ruso que fue derribado sobre el Sinaí, la bomba estaba alojada en una lata de refresco y el sistema para accionarla fue un altímetro o un temporizador, o ambos artilugios combinados.

En Somalia la bomba estaba en una batería y la llevaba un suicida; lo que demuestra que cuando un terrorista prepara bien una acción criminal es muy complicado abortarla, salvo que se cuente con información previa sobre sus intenciones.

El Cairo, sin hipótesis concretas para revelar causa de siniestro

El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, pidió evitar especulaciones sobre la causa del accidente del avión de EgyptAir, que se estrelló el jueves pasado en el Mediterráneo con 66 personas a bordo, y admitió que todos los escenarios son posibles.

“Las investigaciones llevan su tiempo, (por lo que) no hay necesidad de precipitarse en llegar a conclusiones ahora”, indicó el mandatario egipcio en un discurso durante la reinauguración de una planta de fertilizantes en la ciudad de Damietta, localizada en el mar Mediterráneo.

Al Sisi dijo que por ahora no hay ninguna hipótesis concreta que permita determinar qué fue lo que ocurrió, por lo cual instó a los medios de comunicación a no sacar conclusiones sobre el accidente, según publicó un reporte de la página de Internet Ahram Online.

El vuelo 804 de EgyptAir, que cubría la ruta entre París y El Cairo, desapareció la madrugada del jueves pasado de los radares alrededor de las 02:45 horas egipcias (01:45 GMT), sin supuestamente haber emitido ninguna señal de alarma.

El avión, un Airbus A320, desapareció 16 kilómetros después de que entró en el espacio aéreo egipcio, a unos 280 kilómetros de la costa de Egipto, al norte de la portuaria ciudad de Alejandría, en el mar Mediterráneo.

Objetos personales de los pasajeros fueron localizados el sábado, según reportó El Cairo.

Humo en un baño, antes de la caída del Airbus 320

Antes de la caída del Airbus 320 de Egyptair el jueves pasado, hubo problemas en la cabina y humo en un baño del avión durante los últimos tres minutos de vuelo antes de perder contacto con los radares.

Autoridades advirtieron que es demasiado pronto para saber qué ocurrió con la aeronave, incluso la cancillería francesa sostuvo que siguen examinando todas las hipótesis.

No obstante, cada vez más pruebas apuntan a una catástrofe dramática y repentina que causó que el avión se estrellara en el Mediterráneo oriental, diez minutos después de ingresar a cielo egipcio, con 66 personas a bordo.

El ejército egipcio difundió las primeras fotografías de los restos encontrados en el mar hasta el momento, entre los que había objetos personales y asientos dañados.

El Cairo un operativo multinacional para dar con las cajas negras de la aeronave y otras pistas que puedan explicar su repentino sobre el mar.

Según las autoridades, el avión giró a la izquierda, luego a la derecha, efectuó un giro completo y cayó 38 mil pies (11 mil 582 metros) al mar, sin enviar nunca una señal de alerta.

La página de Facebook del portavoz del ejército egipcio difundió el sábado pasado las primeras imágenes de los restos encontrados, que mostraban lo que parecían ser fragmentos de un asiento, chalecos salvavidas —uno de ellos aparentemente intacto— y una manta infantil morada y rosa.

El primer audio disponible sobre el avión indica que todo ocurría se desarrollaba con normalidad cuando el piloto se comunicó con controladores aéreos de Zúrich, en Suiza, en torno a la medianoche, antes de contactar con los de Italia en Padua (Padova en italiano).

El piloto dice: “Éste es 0-7-2-5 Padova control. (Ininteligible) 8-0-4. Muchas gracias. Buenos días o buenas noches”.

La comunicación, difundida por liveatc.net, que proporciona comunicaciones de tránsito aéreo en vivo en todo el mundo, tuvo lugar unas dos horas y media antes de que los controladores griegos perdieran contacto con la aeronave.

A la mitad de la ruta entre Grecia y Egipto, un sensor detectó humo en un baño y un fallo en dos de las ventanas de la cabina de los pilotos, de acuerdo con la publicación especializada Aviation Herald.

A las 03:27 de la madrugada, hora griega, controladores aéreos en Atenas intentaron ponerse en contacto con el avión para ceder la monitorización a El Cairo. No hubo respuesta desde la aeronave.

Al mismo tiempo, un sensor detectó que el humo había llegado al sistema de computadoras y electrónico que controla el avión. En sólo unos segundos el avión desapareció del radar.

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