Ley laboral de Macron hunde su popularidad

La macronmanía se está evaporando. Según un sondeo divulgado por el instituto demoscópico Ifop un poco más de la mitad de los franceses (54 por ciento) está satisfecho con la gestión del recién electo Emmanuel Macron, diez puntos porcentuales por debajo de quienes decían aprobar el trabajo del centrista hace un mes, indicó ayer el semanario Journal Du Dimanche.

Ese retroceso es el segundo mayor experimentado por un presidente galo después de tres meses en el poder, por detrás de la caída de 15 puntos de Jacques Chirac entre mayo y julio de 1995.

La desaprobación hacia Macron no proviene de un sólo incidente. Los franceses están inconformes con uno de los pilares del gobierno del centrista: La reforma laboral. Con esta ley, Macron pretende flexibilizar las negociaciones sobre las condiciones laborales, priorizando los acuerdos alcanzados dentro de las empresas entre propietarios y empleados, por encima de los acuerdos sectoriales.

Otro de los factores que han opacado la presidencia de Macron es la renuncia de Pierre de Villiers. La semana pasada, la prensa francesa criticó al mandatario de autoritarismo por forzar la marcha del jefe de las fuerzas armadas. tras las críticas de éste a los planes del gobierno de reducir este año el presupuesto para los militares.

Las tensiones se hicieron evidentes cuando el militar echó en cara al gobierno la imposición de un recorte presupuestario de 860 millones de dólares a las fuerzas armadas. Altamente endeudado, el país debe ahorrar en 2017 un total de cuatro mil 600 mdd para poder cumplir con el objetivo de déficit europeo del tres por ciento del PIB.

“Ya no soy capaz de garantizar la durabilidad del modelo de Ejército en el que creo para asegurar la protección de Francia y de los franceses”, dijo el pasado 19 de julio De Villiers. Macron respondió en un evento ante oficiales y tropas reafirmando su posición como jefe de las Fuerzas Armadas francesas. “Sé cómo mantener mis promesas con los ciudadanos y con nuestro Ejército. No necesito más presión o comentarios”.

Otro aspecto que suma al descontento popular es la intención de Macron de aumentar la contribución social generalizada para la seguridad social, cuestión que inquieta especialmente a los jubilados. “Algunos sondeados critican en voz alta una presidencia basada en la comunicación”, indica el director del departamento de Opinión de Ifop, Jérôme Fourquet.

En términos comparativos el socialista François Hollande contaba con una popularidad del 56 por ciento en julio de 2012, y el conservador Nicolás Sarkozy tenía un apoyo del 66 por ciento cinco años antes.

La caída de popularidad no tiene por qué ser un indicativo de lo que le espera a un presidente durante todo su quinquenio. “El socialista François Mitterrand sólo lograba 48 por ciento de aprobación en septiembre de 1981 y, pese a ello, se convirtió en el presidente que más tiempo permaneció en el poder hasta ahora en Francia”, analiza El País.

Artistas visitan el Elíseo esta semana

Tras las mediatizadas visitas de los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin a París, esta semana es el turno de las estrellas. El presidente Macron recibirá hoy a Bono, el líder de la banda U2, y, dos días más tarde, a la también cantante Rihanna en el Elíseo. No son, sin embargo, visitas de cortesía.

Ambas tienen relación con la implicación de las dos estrellas en acciones sociales, especialmente en materia de educación.

Bono, cofundador de la ONG One, instó el 6 de julio a los dirigentes del G-20, incluido Macron, a implicarse más en la educación. Bono y la premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai instaron en una carta dirigida a los principales países emergentes e industrializados a “apoyar la propuesta” del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de crear una “instancia de financiación internacional para la educación”.

Por su parte Rihanna, fundadora de la ONG Clara Lionel Foundation, centrada en mejorar la salud y la educación en comunidades pobres, había instado vía Twitter a Macron a finales de junio a comprometerse a financiar el Fondo para la Educación de la que ella es portavoz.

Políticas controvertidas

No todos los planes de Macron son bien recibidos. Los más polémicos son:

La reforma laboral. La propuesta de ley centrista trata de flexibilizar las negociaciones sobre las condiciones laborales, priorizando los acuerdos alcanzados dentro de las empresas entre propietarios y empleados, por encima de los acuerdos sectoriales.

La renuncia de Pierre de Villiers. La prensa francesa criticó a Macron de autoritarismo por forzar la marcha del general tras las críticas de éste a los planes del gobierno de reducir este año el presupuesto para las fuerzas armadas.

Seguridad social más cara. Macron planea aumentar la contribución social generalizada para la seguridad social, cuestión que inquieta especialmente a los jubilados.