Maduro hace purga en el Ejército: arrestan a 70 militares por rebelión

Maduro hace purga en el Ejército: arrestan a 70 militares por rebelión
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Al menos 123 miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela han sido detenidos por cargos que van desde traición y rebelión, hasta robo y deserción, desde que comenzaron en abril las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, según una serie de documentos a los que Reuters accedió.

La lista de detenidos —que incluye oficiales así como militares de bajo rango del Ejército, la Naval, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional— es la imagen más clara, hasta la fecha de la insatisfacción y la disidencia dentro de las filas militares de Venezuela, integrada por aproximadamente 150 mil hombres.

Los registros, que detallan a los prisioneros detenidos en tres cárceles venezolanas, muestran que desde abril casi 30 miembros de las fuerzas han sido detenidos por desertar o abandonar su puesto, y casi 40 por rebelión, traición o insubordinación. La mayoría de los prisioneros militares restantes fue acusada de robo.

En medio de una profunda crisis económica, millones de venezolanos sufren por la escasez de alimentos y una elevada inflación. Incluso, dentro de las fuerzas armadas, los salarios comienzan con el sueldo mínimo, equivalente a alrededor de 12.5 dólares al mes al tipo de cambio del mercado negro, y en privado algunos miembros admiten ser mal pagados y subalimentados.

Los documentos militares, vistos por Reuters, que cubren las detenciones hasta mediados de junio, parecían apoyar las afirmaciones de los líderes de la oposición, de que la ira y la disidencia entre los soldados que viven difíciles condiciones económicas, está más extendida. “Demuestra baja moral y descontento y, por supuesto, necesidad económica”, explicó un general retirado del Ejército sobre las detenciones, pidiendo no ser nombrado por temor a represalias.

Los venezolanos ven a las Fuerzas Armadas como el principal agente de poder en su nación sudamericana. Los líderes de la oposición han exhortado repetidamente a los líderes militares, a romper con el presidente socialista Nicolás Maduro.

Maduro dice que es víctima de una “insurrección armada”, orquestada por sus adversarios con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos, que buscan ganar el control de la vasta riqueza petrolera de la nación, miembro de la OPEP. Afirma que los altos mandos militares están de pie junto a él.

La Guardia Nacional reprime diariamente las protestas en todo el país, en las que usa gas lacrimógeno, cañones de agua y perdigones contra jóvenes enmascarados, que a su vez lanzan piedras, cócteles molotov y hasta excrementos.

En privado, algunos miembros de la Guardia Nacional en las calles reconocen estar agotados, mal pagados y mal alimentados, aunque la mayoría permanece impasible durante las protestas y evita conversar con los periodistas.

Los documentos, que identifican a los detenidos por su rango, enumeran a capitanes, sargentos, tenientes y tropas regulares, repartidos en tres cárceles en diferentes partes de Venezuela.

Un grupo de 91 está en Ramo Verde, una prisión cerca de Caracas en la que también está arrestado uno de los líderes de la oposición: Leopoldo López.

Otras dos decenas están en la prisión de Pica, en la ciudad nororiental de Maturín, y ocho en la cárcel de Santa Ana, en el estado occidental de Táchira, cerca de la frontera con Colombia.

Tres subtenientes huyeron a Colombia y pidieron asilo en mayo, y un hombre que dijo ser un sargento venezolano, apareció en un video publicado por medios locales el mes pasado, expresando su disidencia e instando a sus colegas a desobedecer a los superiores “abusivos” y “corruptos”.

Maduro culpa de los problemas a una “guerra económica” que está librando la oposición, con el respaldo de Washington, una posición respaldada en público por altos funcionarios militares.

“Hay muchos que están buscando (...) unos ‘rambitos’ aquí dentro de la fuerza armada, pero no lo van a conseguir”, dijo el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, en un vídeo publicado en las redes sociales el lunes, aludiendo a la especulación de un golpe de Estado militar.

“La mayoría no está recibiendo lo suyo, hay descontento porque los sueldos son muy bajos. Es verdad que los militares han ganado poder dirigiendo diferentes cárteles, pero el soldado raso, pese al adoctrinamiento que nos inculcan en las academias, no está de acuerdo con lo que está pasando. En especial, con la represión al pueblo”, afirma el teniente José Alejandro Méndez, quien pidió asilo en Colombia, en abril pasado.

Almagro pide otra sesión urgente a la OEA

El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) solicitó ayer que el organismo celebre una sesión extraordinaria para analizar la crisis venezolana. Más tarde, en Caracas, ocurrió un nuevo enfrentamiento entre el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela y la fiscal general, Luisa Ortega Díaz.

Luis Almagro pidió al embajador brasileño, José Luiz Machado e Costa, que convoque la sesión hoy en su condición de presidente rotativo del Consejo Permanente. Almagro efectuó su petición un día después de que unos 200 presuntos seguidores del gobierno del presidente Nicolás Maduro tomaran por la fuerza la Asamblea Nacional y atacaran con tubos a congresistas y empleados dejando un saldo de al menos 12 heridos.

Cientos de opositores marcharon ayer por algunas vías del este de la capital en una nueva jornada de protestas en las que policías y guardias nacionales nuevamente trataron de contener a los manifestantes y evitar que llegaran a la sede del Tribunal Supremo. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos dentro del centro comercial El Sambil, uno de los mayores de la capital, lo que obligó a cientos de personas, afectados por los gases, a desalojar rápidamente el lugar.