ONU ya trabaja en mediar entre los frentes de poder

El jefe de Naciones Unidas, António Guterres, dejó al diplomático francés Jean Arnault a cargo del conflicto de Bolivia, en el que actuará como su enviado personal y se reunirá con todos los políticos bolivianos, para “apoyar los esfuerzos y lograr una solución pacífica a la crisis, a través de elecciones transparentes, incluyentes y creíbles”, explicó ayer el portavoz Stéphane Dujarric.

Según Dujarric, Guterres sigue “profundamente preocupado” por los acontecimientos y llama a todos los ciudadanos a “evitar la violencia y ejercer la máxima contención”.

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Arnault fue hasta finales del pasado año el representante especial de la ONU para Colombia y además ha servido como enviado para Georgia, Afganistán, Burundi y Guatemala. La decisión de Guterres, de desplegar una mediación en Bolivia, llega horas después de que el expresidente Morales pidiera a la ONU, a países amigos de Europa y a la Iglesia católica que apoyaran un “diálogo para pacificar” el país.

El portavoz de Guterres declaró que el secretario de Naciones Unidas no ha hablado con Morales, que se encuentra como asilado político en México. El líder indígena aboga por un diálogo nacional para detener la confrontación y asegura que está dispuesto a regresar.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, reafirmó la decisión de Rusia de considerar a Jeanine Áñez como la persona encargada de dirigir Bolivia hasta que se celebren las elecciones en ese país.

“Rusia espera que la senadora Jeanine Áñez dirija Bolivia hasta las elecciones. No se trata de reconocer lo que ocurrió en ese país como un proceso legal, como ustedes entienden no se trata de eso”.

Zajárova llamó a entablar el diálogo y estabilizar el trabajo en el campo constitucional. “Rusia está interesada en una América Latina, política y económicamente estable”, comentó.