Ortega afronta crisis con eventos masivos

Ortega afronta crisis con eventos masivos
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A pesar de que Nicaragua ya registró sus dos primeros casos de coronavirus, el gobierno del líder sandinista, Daniel Ortega, se mantiene firme en la idea de no acatar las recomendaciones internacionales para prevenir una expansión de la pandemia. Hasta el momento, es el único país en América Central en mantenerse al margen de las acciones de contención.

El orteguismo no sólo no ha limitado las actividades públicas o emitido consejos básicos para la salud, sino que fomenta la organización de eventos masivos, como una reciente marcha que convocó para rechazar la enfermedad, que se expande agresivamente por el mundo.

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El resto de los gobiernos centroamericanos ha tomado medidas decisivas contra la amenaza. El Salvador, que confirmó su primer caso el mismo día que Nicaragua, cerró sus fronteras incluso antes de que se reportara la presencia del coronavirus en su territorio y Honduras tiene a varias de sus ciudades más grandes en cuarentena indefinida.

Todas las escuelas públicas en Nicaragua recibieron la orden de permanecer abiertas y el gobierno alienta las actividades de Semana Santa, con alrededor de 80 eventos, a pesar de que la Iglesia católica canceló su programación anual.

Tal intransigencia podría llevar al sistema de salud a verse abrumado rápidamente. Ante la falta de liderazgo gubernamental sobre el tema, la sociedad civil, empresas y organizaciones religiosas han intentado llenar el vacío. Si bien todas las escuelas públicas permanecen abiertas, muchas instituciones privadas y universidades ya cerraron.

Mientras tanto, en la capital, Managua, el silencioso acaparamiento de desinfectantes para manos y máscaras que se había prolongado durante varias semanas se tornó a una dinámica de extensas filas que salían por la puerta de varios supermercados.

Máscaras y guantes ahora son usados por personas que trabajan en el servicio al cliente. Los bancos limitaron el número de personas en su interior y los restaurantes ahora acomodan las mesas para mantener distancia entre sus clientes.

Los habitantes locales encuentran consuelo en el hecho de que estarán cubiertos por el sistema de salud universal del país, sin contar que éste puede no estar listo para responder a la emergencia.

SISTEMAS DE SALUD DÉBILES. Con la excepción de Costa Rica y, en menor medida Panamá —que por cierto reportan la mayoría de infecciones en América Central— los sistemas de salud de la región carecen de la capacidad para contener una pandemia.

Honduras, Guatemala y Nicaragua son los más vulnerables ante un brote a gran escala, debido a la mala calidad de sus sistemas de salud. Los tres obtuvieron el peor puntaje en el Índice de Acceso y Calidad de la Atención Médica, medida “basada en la mortalidad por causas susceptibles de atención personal”.

Honduras anotó el peor puntaje en toda América Latina, aunque el estudio se realizó antes del colapso completo del sistema de salud de Venezuela.