OTAN suma presión a Moscú: expulsa a 13 diplomáticos más

OTAN suma presión a Moscú: expulsa a 13 diplomáticos más
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La OTAN se unió ayer a la campaña internacional para expulsar a presuntos espías rusos, más de 120 hasta el momento, en dos docenas de países, como respuesta al escándalo del exespía ruso envenenado en Londres.

Gran Bretaña celebró las expulsiones masivas de presuntos espías rusos como un “punto de inflexión” en la actitud de Occidente hacia una Rusia “temeraria”, pero Moscú advirtió que prepara su respuesta. Con Estados Unidos y 18 miembros de la Unión Europea al frente, los países hicieron gala de una acción contundente y coordinada, sin precedentes incluso en tiempos de la Guerra Fría.

La OTAN decidió expulsar a siete representantes rusos y denegar la acreditación a otros tres. “Esto manda un mensaje claro a Rusia de que hay costos y consecuencias para su forma de actuar, inaceptable y peligrosa”, explicó el secretario general de la organización, Jens Stoltenberg.

El Dato: Reino Unido había ordenado anteriormente la expulsión de 23 diplomáticos rusos tras acusar a Moscú del ataque al exespía ruso y su hija.

En una llamada telefónica, los presidentes estadounidense Donald Trump y francés Emmanuel Macron aplaudieron “la fuerte reacción internacional”, según el Elíseo. En parecidos términos se expresó la alemana Angela Merkel en conversación telefónica con Trump, con el que coincidió en denunciar “el uso irresponsable de armas químicas por parte de Rusia”, indicó la Casa Blanca.

“Nunca antes tantos países se habían unido para expulsar a diplomáticos rusos”, escribió ayer el ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, en The Times. Es “un golpe del que la inteligencia rusa necesitará muchos años en recuperarse”, afirmó.

“Creo que los acontecimientos de ayer podrían convertirse en un punto de inflexión”, afirmó. “La alianza occidental tomó acciones decisivas y los socios de Reino Unido se unieron contra la ambición temeraria del Kremlin”.

Estas expulsiones fueron una respuesta al envenenamiento con un agente neurotóxico del exespía doble ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia, el 4 de marzo, en Salisbury, en el sur de Inglaterra. Ambos siguen en estado crítico.

Skripal, un oficial de inteligencia militar ruso encarcelado por Moscú, por pasar información de agentes rusos a varios países europeos, llegó a Gran Bretaña en 2010 gracias a un canje de espías.

Gran Bretaña había ordenado anteriormente la expulsión de 23 diplomáticos rusos tras acusar del ataque a Moscú, que lo negó firmemente, señalando por su parte a los servicios de inteligencia británicos.

Le siguieron sus aliados, encabezados por Estados Unidos, que ordenó expulsar a 60 rusos, en un nuevo golpe a las relaciones entre Washington y Moscú, menos de una semana después de que el presidente Donald Trump felicitara a Vladimir Putin por su reelección.

El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, atribuyó las expulsiones a la presión de Estados Unidos. “Es el resultado de presiones colosales, un chantaje colosal que constituye, desgraciadamente, el arma principal de Washington en la escena internacional”, afirmó Lavrov.

Rusia ya advirtió que está preparando una respuesta de represalia para los países que “se someten” sin, afirma, entender totalmente lo que está ocurriendo.

El analista Fiodor Lukianov escribió ayer en las páginas del diario ruso Vedomosti que estas expulsiones, “particularmente destructivas para las relaciones ruso-estadounidenses”, dejen las relaciones entre Moscú y Occidente en un nuevo “periodo de Guerra Fría”.

“No es el fin de la escalada, está claro que ´wsta se va a agravar, prevemos medidas aún más severas, sanciones económicas contra Rusia”, advertía, mientras el diario Izvestia denunciaba una acción “rusófoba”.

Al anunciar sus respectivas expulsiones, los responsables occidentales dejaron en claro que comparten las afirmaciones británicas de que sólo el Kremlin puede estar detrás del envenenamiento de Skripal.

Rusia denuncia “chantaje colosal”

La respuesta de Rusia no se hizo esperar. Pese a que los detalles no fueron comunicados, el Kremlin ya aseguró que no se quedará de brazos cruzados tras la decisión de Estados Unidos, Canadá y varios países de la Unión Europea (UE), de expulsar a diplomáticos rusos tras el envenenamiento de un exespía ruso en Gran Bretaña.

El jefe de la diplomacia del Kremlin, Serguéi Lavrov, rompió el silencio ayer y aseguró al respecto: “Es el resultado de presiones colosales, un chantaje colosal que constituye, desgraciadamente, el arma principal de Wa-shington en la escena internacional”.

“Responderemos, no lo duden, porque nadie quiere soportar un descaro semejante, y no lo aguantaremos”, afirmó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. “Teníamos razón cuando subrayamos reiteradamente que quedaban pocos países independientes en el mundo moderno y en la Europa moderna”, dijo el ministro.

“Cuando en uno o en otro país nos piden que se marchen uno o dos diplomáticos, mientras nos susurran disculpas al oído, sabemos a ciencia cierta que es el resultado de la presión y el chantaje colosales que, por desgracia, es ahora el principal instrumento de Washington en la arena internacional”, aseguró Lavrov.