Para tener apoyo Dilma ofrece casas, médicos...

Ante lo que parece ser un inminente proceso de destitución, la presidenta brasileña Dilma Rousseff , aseguró que “luchará hasta el fin” y en un último intento por recuperar el apoyo de las bases trabajadoras anunció mejoras presupuestales a tres programas sociales.

La mandataria aseguró que habrá un reajuste de 9 por ciento para Bolsa de Familia, un proyecto de ayuda económica que actualmente beneficia a 13 millones de brasileños, crearán 25 mil nuevas viviendas como parte del programa Mi Casa, prorrogarán los contratos de médicos extranjeros y aumentarán el permiso por paternidad a servidores públicos.

Las declaraciones de Rousseff, emitidas ante cientos de sindicalistas que marcharon con motivo de la conmemoración del 1 de mayo (Día del Trabajo) en Sao Paulo, se produjeron en un momento particularmente tenso para la presidenta, quien en las últimas semanas ha visto disminuido su poder de convocatoria y movilización.

Acompañada del expresidente Luis Inácio da Silva, Rousseff afirmó que el juicio político que está por enfrentar es un “golpe de Estado” disimulado.

“¿De qué me acusan? No pueden acusarme de tener cuentas en el exterior ni de corrupción. Llegaron al absurdo de acusarme de algo en lo que no participé y alegan que debería saberlo porque conversaba con personas responsables. Si ellos lo hacen conmigo, ¿qué harán con los trabajadores?. Si permitimos este golpe, permitiremos que la democracia está herida”, precisó la mandataria.

En el discurso que se extendió por más de treinta minutos Dilma apeló a los avances sociales logrados durante los 14 años que el Partido de los Trabajadores ha estado en el poder.

Si embargo, la creciente inflación, que actualmente ronda el 10 por ciento y lso escándalos de corrupción que han sacudido a la élite política desde que se hizo público el desfalco por más de 300 mil millones de dólares a la paraestatal Petrobras, pusieron en riesgo la credibilidad de la mandataria brasileña.

Sondeos recientes apuntan a que más del 60 por ciento de ciudadanos pide la destitución de la mandataria y 92 por ciento rechaza que el vicepresidente Michel Temer, señalado como uno de los principales impulsores del juicio político, asuma el cargo. El senado prevé emitir su voto sobre el proceso de destitución el próximo 11 de mayo.

Medios locales afirmaron que el discurso del domingo podría ser la última intervención masiva de la presidenta luego de que se afirmara que estudia una salida voluntaria y que el próximo viernes plateará al Senado convocar a elecciones anticipadas para el próximo 2 de octubre, dos años antes de que el mandato legal culmine.

Según el rotativo O Globo. Rousseff busca movilizar a las bases de su partido para que presionen por nuevos comicios. Varios diputados y senadores defienden el planteamiento de convocar a nuevas elecciones como única medida para salir de la crisis política que vive Brasil.

Sin embargo el presidente del (PT), Paulo Paim a aseguró que la única manera de hacerlo es lograr un pacto.