Preocupa a Argentina ocultamiento de casos de influenza

Por:
  • larazon

Isabel Nanzi en Buenos Aires

Especial para 3.80.3.65

Una preocupación acapara los pensamientos de los argentinos: La gripe A, que se ha multiplicado a pasos agigantados y sin dar tiempo a una campaña de prevención sólida y efectiva.

El viernes pasado, dos días antes de realizarse elecciones legislativas de gran importancia para el Gobierno, el último parte oficial hablaba sólo de 1.587 casos confirmados. Hoy, la información oficial más reciente habla de 100.000 infectados y 52 muertos. Este crecimiento tan acelerado levantó sospechas generalizadas.

La epidemia le costó su cargo a la ministra de Salud, Graciela Ocaña, quien fue reemplazada -una vez concluido el proceso electoral- por Juan Manzur, un médico sanitarista. Entre las medidas recientemente tomadas están el adelantamiento de las vacaciones escolares y la licencia a empleados públicos con hijos en edad escolar. Sin embargo, aún no se ha avanzado en el cierre de restaurantes, centros comerciales y cines o la suspensión del fútbol.

Denuncia
 Un abogado porteño denunció ante la Justicia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su marido, el diputado electo Néstor Kirchner, por supuesto atentado a la salud pública y homicidio culposo, por no haber postergado la votación aún sabiendo que se ponía en riesgo la salud pública. El denunciante agregó además que las acciones preventivas se empezaron a aplicar tarde, una vez pasadas las elecciones.

Esta percepción habría sido compartida por la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses, para quien el aumento brusco de enfermos en la Argentina se debería a “una combinación de pandemia con los procesos electorales”.

¿Cómo lo viven los argentinos?

La preocupación de los argentinos crece hora a hora, en especial al conocerse el incremento de la enfermedad. En Buenos Aires, se multiplican los tapabocas y la gente limpia sus manos casi compulsivamente con alcohol. Sin embargo, las calles porteñas siguen tan atestadas de gente como sus transportes públicos e incluso muchos lugares de entretenimiento. En las farmacias están agotados los suministros de barbijos y alcohol en gel y aún no se consigue Tamiflú. La enfermedad, por otra parte, acapara las tapas de los principales medios de comunicación, además de ser tema de conversación obligado.

Se espera con ansiedad este fin de semana, ya que se plantea como definitorio para conocer el curso de la enfermedad. De no mermar el ritmo de contagios el Gobierno se veráobligado a considerar medidas más restrictivas, que por supuesto tienen una contraparte de pérdidas económicas.

jigh