Pruebas controlan rebrote en Wuhan

La ciudad china de Wuhan, donde se registraron los primeros casos de la pandemia de Covid-19 en el mundo, llevó a cabo más de un millón de pruebas de detección la semana pasada, lo que le ayudó a registrar una importante disminución en la incidencia de casos asintomáticos.

Así lo consignó el diario estatal Global Times, al reportar que la campaña masiva de detecciones reportó una tasa de asintomáticos que cayó hasta 46 personas por cada millón, desde las 660 por millón que se tenían apenas el mes pasado.

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De acuerdo con autoridades locales citadas por el Global Times, este resultado demostraría que la situación de control de la enfermedad mejoró y que los asintomáticos tendrían poca capacidad de infección. Otro estudio realizado en Corea del Sur tuvo un resultado similar.

El medio también hizo eco de las informaciones que aseguran que un estudio de anticuerpos con 11 mil personas mostró que 5 por ciento de chinos los poseen; esto, extrapolado a los 11 millones de habitantes de la ciudad supondría que unos 500 mil ciudadanos de Wuhan ya generaron algún tipo de inmunidad.

El hallazgo se da luego de que la semana pasada, el principal estratega de salud de Pekín admitiera que la mayoría de chinos aún está vulnerable al virus, lo que aviva el riesgo de una segunda ola.

El diario estatal subraya que, aunque el estudio es una iniciativa de las autoridades locales, esos resultados no han sido publicados por fuentes oficiales, según las cuales en Wuhan, capital de la provincia central de Hubei, se han confirmado más de 50 mil contagios y se han producido 3 mil 869 muertes.

Mientras tanto, Wuhan sigue inmersa en una campaña de test masivos, efectuados de forma gratuita, que debería finalizar el próximo lunes.

Esta nueva campaña se centra en grupos de población específicos: ancianos y jóvenes, así como residentes de la ciudad que carecen de empleos estables.

Estas secciones demográficas no habían formado parte de anteriores rondas de prueba, centradas en trabajadores sanitarios y del transporte público, profesores, empleados que llevan a cabo sus funciones de cara al público, cuidadores y personal en residencias de ancianos.

La decisión se produjo después de que el 9 de mayo se registrara un contagio —y otros cinco al día siguiente—, que rompió con una racha de 35 días sin infección.