Venezuela y Nicaragua, los países más corruptos de AL

Venezuela y Nicaragua, los países más corruptos de AL
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El órgano de Transparencia Internacional (TI), dedicado a elaborar cada año el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), que evalúa a 180 países, determinó ayer en un informe que las naciones con mayor registro de corrupción en América Latina son Venezuela y Nicaragua. TI denuncia que estas regiones “han sido incapaz de hacer progresos significativos (contra actos ilegales)”; sin embargo, Uruguay y Chile, a pesar de que el segundo se ha tornado en un ambiente de constantes protestas, son los más limpios.

“Los gobiernos deben abordar con urgencia el papel corruptor del gran dinero en el financiamiento de los partidos políticos y la influencia indebida que ejerce en nuestras leyes”, subrayó Delia Ferreira Rubio, presidenta de TI.

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La evaluación del TI emplea una escala donde 100 equivaldría a una nación muy limpia y cero a una muy corrupta. Por los países con mayor corrupción se acompañan: Somalia, con nueve puntos, refleja tener la evaluación más baja, Sudán del Sur y Yemen quedaron igualados con 16 puntos; categoría que incluyó a Venezuela y cerca de este país está Nicaragua en la posición 161, con 22 puntos.

El informe destacó la situación de Managua, que desde 2012 perdió puntuación por ser una nación en la que “la sociedad civil y los partidos de la oposición son excluidos sistemáticamente del proceso político, mientras que los grupos críticos con el gobierno operan en un clima cada vez más restrictivo”.

Por otro lado, Uruguay mejoró su posición, ya que en 2018 ocupó el lugar 23, con 70 puntos, y ahora bajó a 71; y Chile, con 67; estos países tomaron los lugares 21 y 26, respectivamente.

El puntaje de Estados Unidos, en lugar 23, no favorece al gobierno de Donald Trump, ya que según TI, es su peor número en ocho años. El reporte cita los desafíos por los que atraviesa el gobierno del magnate, como es el juicio político, las “amenazas a su sistema de controles y balances” y “la influencia de intereses especiales en el gobierno”.

A quien tampoco le fue muy bien es a Canadá, ya que perdió cuatro puntos; su evaluación fue de 77, con la posición 12. La misma valoración que Gran Bretaña, con tres puntos menos, como Francia, que a su vez empató con Estados Unidos.

Brasil con el lugar 106 y evaluado con 35 puntos, subraya TI que “la corrupción aún es uno de los mayores impedimentos para el desarrollo económico y social (en ese país)”. Ya que con Jair Bolsonaro como presidente, en Brasilia, se “experimentó una serie de reveses en sus marcos legales e institucionales de anticorrupción” y “enfrentó dificultades para avanzar en reformas de amplio alcance en su sistema político”.

Transparencia Internacional también hizo hincapié en el avance de Ecuador, que empató con otros dos países por la plaza 93, con 38 puntos, porque “en los dos últimos años redujo algunas restricciones a la sociedad civil” y agrega que, pese a esto, el gobierno “mantiene un excesivo poder regulador sobre las ONG”.

El resto de miembros del G7, Alemania y Japón, no sufrieron cambios; se mantuvieron en el lugar 20 y sólo Italia ganó un punto y quedó en el lugar 51.

Más de dos tercios de los países recibieron menos de 50 puntos y el promedio fue de apenas 43, señaló TI.

“La frustración por la corrupción gubernamental y la falta de confianza en las instituciones habla sobre la necesidad de una mayor integridad política”, dijo la directora del grupo, Delia Ferreira Rubio.

El dato: EU y otras potencias industriales tratan de mantener el impulso en la lucha contra la corrupción, según el reporte de Transparencia Internacional.

Además, agregó que “los gobiernos deben abordar urgentemente el papel corruptor de las grandes corporaciones en la financiación de los partidos políticos y la influencia que tienen en nuestros sistemas políticos”.

El informe destacó que “la integridad en el país no siempre se traduce en honestidad en el extranjero; múltiples escándalos en 2019 demostraron que la corrupción transnacional está a menudo facilitada, permitida y perpetuada por los aparentemente limpios países nórdicos”.