Economía mexicana, lista para bajar la deuda, asegura Meade

Economía mexicana, lista para bajar la deuda, asegura Meade
Por:
  • norma_jimenez

Pese a los vaivenes económicos nacionales e internacionales, México está preparado para salir a flote e incluso la política financiera del país está lista para estabilizar la deuda en 50 por ciento, como proporción del PIB y empezar a disminuirla a partir del próximo año; además se ha instrumentado una estrategia de diversificación con otros países en materia de exportaciones, aunque Estados Unidos sigue siendo nuestro principal socio comercial, sostuvo el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribeña.

En entrevista con La Razón dejó claro que la deuda mexicana está bien gestionada, mayoritariamente a tasa fija, en pesos (76 por ciento en moneda nacional y 24 por ciento en dólares) y a largo plazo. El reto es regresar a una política de endeudamiento que permita que el país deje de pedir prestado para pagar intereses.

Meade Kuribeña puntualizó que lo que se busca es que la riqueza del país se traduzca en oportunidades.

Respecto a las modificaciones a la Ley de Ingresos de la Federación comentó que lo que hicieron los diputados fue actualizar las cifras de acuerdo a la última encuesta del Banco de México, ya que cuando se elaboró el paquete económico, se tomaron en cuenta las cifras a julio y agosto. Por ello, lograron obtener 51 mil 380 millones de pesos más de ingresos.

Manifestó que el país de 2009 a la fecha ha crecido 25 por ciento más con un PIB promedio de 2.5 anual, y que ahora la apuesta a las inversiones en infraestructura y a que mejore la economía global, principalmente la de Estados Unidos, para que el país mantenga ese crecimiento sostenido que se ha visto reflejado con el aumento en el empleo y el consumo.

“Del 2009 a la fecha, la economía en su conjunto es 25 por ciento más grande, y 25 por ciento no es un número pequeño, no es un número que refleja estancamiento. Si yo fuera 25 por ciento más alto pues sería basquetbolista”, acotó.

¿Cuál es su opinión sobre lo que se aprobó en la Ley de Ingresos? Estamos bastante satisfechos en varios sentidos. Lo que tenemos que buscar, yo creo que todos, en ese ejercicio es que los elementos que aparecen como dándole soporte al Paquete Económico estén lo mejor alineados posible a lo que el mercado, los analistas y los especialistas están esperando.

Desde esa perspectiva se mandan precriterios en el verano, el paquete económico se construye con los datos que se veían de la economía entre julio y agosto. El espacio que la ley, nuestro marco normativo, abre para que el Congreso de la Unión conduzca el análisis, permite que el Congreso tenga información mucho más cercana ya a lo que los analistas y el mercado están viendo para el siguiente año.

Con esta nueva información se actualizó el tipo de cambio, tomando en consideración la última encuesta del Banco de México a los analistas del sector privado. Con dos veces más de información se actualizaron los ingresos tributarios con el estimado más reciente que tenía el SAT. Se actualizó la plataforma con el estimado más reciente que tenía Petróleos Mexicanos y se actualizaron los ingresos tributarios, también con esa información más reciente.

Se reconocieron los cambios en el entorno, en la información y se preservó el elemento fundamental, que para nosotros era la posibilidad de tener un superávit primario el año que entra (de 0.4 por ciento), objetivo que compartió la Cámara y que dejó en sus términos.

¿Qué le diría a la IP y a algunos analistas de dicen que los cambios a la Ley de Ingresos van a generar más deuda y menos crecimiento? No se sacrificó parte del crecimiento, el crecimiento se mantuvo en sus términos. Lo que se hizo básicamente fue actualizar el marco con los nuevos elementos de información.

Lo que es importante es que el Paquete recoja la información más reciente posible, para minimizar la probabilidad de que tengamos que hacer ajustes a nuestros ingresos o a nuestros gastos durante el año.

En la medida que los gastos que se tomaron son los del consenso, son de hecho de los analistas del sector privado, eso permite que el paquete económico tenga un entorno robusto en cuanto a los impuestos que se están usando para construirlos.

¿Y la deuda, cómo quedaría? Depende un poco de cómo cierre el PIB, pero el dato que está en nuestras manos, el dato que mejor podemos controlar nosotros, es el del superávit primario. La Cámara comparte con el Ejecutivo el deseo de regresar a una política de endeudamiento, que permita que el país deje de pedir prestado para pagar intereses, y ese objetivo central, ese objetivo muy importante, se preserva en el paquete económico.

El crecimiento económico en México lleva más de diez años en un porcentaje del 2.5 por ciento, pero ¿deberíamos estar creciendo a los niveles de China o India? No, la verdad no, tampoco, porque no tenemos el mismo nivel de ingresos que ellos. Aún entre las economías emergentes hay diferentes tipos. Si uno revisa un poco lo que las economías emergentes como China y la India crecen, desde niveles de ingresos muy bajos, es diferente a lo que economías emergentes con niveles de ingreso un poco superiores, a lo que ahí se observan, crecen.

De hecho, si uno revisa por ejemplo Latinoamérica, que son también en un su conjunto economías emergentes, la economía de Latinoamérica en su conjunto va a decrecer el año que entra, va a decrecer también este año.

Entonces, para ponderar el dos y medio por ciento hay que tomar en consideración dos o tres elementos, que inciden en nuestro crecimiento.

Uno muy importante es la producción industrial en Estados Unidos. México crece en general, como cualquier otra economía del mundo, por el dinamismo de su consumo, de su inversión, de sus exportaciones y, en alguna medida también, por cuanto al gasto público se refiere.

Nosotros vemos que un motor del crecimiento son nuestras exportaciones, es en general el crecimiento global, y en particular el de la producción industrial en Estados Unidos, y uno observa que esta producción industrial está cayendo uno por ciento durante el año.

Y si uno observa, además, que un importante componente de nuestro crecimiento en el pasado venía por el sector energético y consideramos que la plataforma ha caído 20 por ciento en lo que va de la administración y el precio del petróleo casi 65 por ciento, pues estos dos elementos habría que corregirlos para efectos de evaluar el reciente, porque en los diez años éste no siempre ha sido el caso, hay veces que creceremos dos y medio, con el aliento del sector energético y del crecimiento global, y ahora estamos creciendo dos y medio, sin el aliento del crecimiento global y sin el aliento del sector energético.

Fundamentalmente y cualitativamente eso es distinto, soportado como principal variable el consumo y por los procesos de inversión privada. Y ése es un cambio cualitativo importante.

¿Si se sigue manteniendo un crecimiento de 2.5 por ciento del PIB, realmente podemos superar los dos factores que han sido fundamentales en el pasado? Primero, para enfrentar momentos difíciles como los que hoy tenemos, debemos hacerlo en un entorno de crecimiento positivo y de generación de empleos, como lo estamos haciendo.

Y, segundo, para preparar la economía para que en el momento en que empecemos a tener un mayor espacio de crecimiento global, lo podamos aprovechar. Hay un par de elementos que nos hacen pensar que estamos en posibilidad de aprovecharlo: uno de ellos es el hecho de que en los últimos cuatro años hemos ganado 11 por ciento en términos de la penetración de mercado en Estados Unidos.

Eso quiere decir que en esa, que es una economía importante, grande, un mercado muy relevante, muy competido, México ha venido ganando espacios, y eso lo ha venido haciendo por la vía de construir mucha mayor competitividad.

Si vemos, por ejemplo, lo que se está invirtiendo en ductos, la cantidad de espectro que estará disponible antes de que termine la administración, todos esos elementos infraestructurales nos ayudan a darle soporte al crecimiento.

Lo que permite suponer fuentes de crecimiento mucho más balanceadas; una fuente interna de crecimiento como la que hoy tenemos y una fuente externa de crecimiento, como la que esperamos tener una vez que se recupere el marco y el entorno internacional.

¿Se le apuesta a la infraestructura básicamente y al crecimiento en Estados Unidos? Sí, nada más que vale la pena recordar que antes le exportábamos arriba del 90 por ciento. Esto es, la parte más dinámica de nuestro crecimiento o crecimiento del comercio exterior no es a los Estados Unidos.

México sigue creciendo en términos de su importancia en el mercado americano, pero ha venido diversificando también sus mercados.

Nuestro mercado más importante, el destino más relevante en términos de nuestra exportación, es Estados Unidos, pero hemos venido creciendo hacia el resto de Latinoamérica, hacia la región europea, hacia los países de Asía-Pacífico.

Sí, concentrados en Norteamérica, pero a pesar de que hemos ganado terreno en ese mercado, el porcentaje de nuestras exportaciones a Estados Unidos es menor hoy del que era hace una década.

¿Pero para mantenernos en el 2.5 por ciento del PIB? Nosotros no crecemos en aislado, crecemos en función de nuestra realidad geográfica, de nuestra realidad geológica y de nuestras pertenencias. Y lo que estamos buscando hacer es que nuestras pertenencias, las muchas que tenemos, se traduzcan en oportunidades.

De ahí la lógica de voltear a ver hacia América Latina, la lógica de voltear a ver a Asía-Pacífico, la lógica de seguir viendo a Europa, la lógica de seguir trabajando para mejorar nuestra competitividad en el mercado norteamericano.

Y la lógica, además, de seguir fortaleciendo los propios elementos de nuestra economía interna para tener fuentes domésticas de crecimiento, al tiempo de seguir cuidando nuestra capacidad de competir con éxito fuera del país.

Con respecto a la deuda, ésta existe en todos los países, pero en el caso de México, ¿cómo va? En la lógica de estabilizar la deuda como porcentaje del PIB, y que como porcentaje del PIB empiece a caer en el tiempo.

La deuda, para evaluar un poco su sustentabilidad, hay que tomar en cuenta muchos elementos. La deuda mexicana es una deuda bien gestionada, está mayoritariamente a tasa fija, mayoritariamente en pesos, prácticamente toda en largo plazo, tiene uno de los plazos mayores dentro de la OCDE, no solamente comparado con los emergentes, comparamos de hecho muy bien con los países de la OCDE, somos de los países cuya deuda como porcentaje del PIB se encuentra entre los más bajos.

¿Se estabilice en cuánto? Más o menos en el porcentaje que tiene ahorita, la vecindad de 50 por ciento del PIB y que empiece a caer hacia el año que entra. Que siga bajando, como porcentaje del PIB, que siga siendo decreciente.

¿A pesar de los vaivenes de la economía nacional e internacional, México sale a flote? Yo creo que sí. Siento eso.