Entre la tradición y el desarrollo económico

Entre la tradición y el desarrollo económico
Por:
  • larazon

Foto Especial

Gráfico Carlos López La Razón

En Real de Catorce, San Luis Potosí

La reserva natural Wirikuta, perteneciente a San Luis Potosí, es un lugar desértico rodeado de haciendas en ruinas y minas que resguardan vetas de plata en sus entrañas. Un lugar considerado sagrado que actualmente protagoniza un conflicto en el que está en juego el desarrollo económico de los municipios aledaños.

Para los wixáricas o huicholes esta zona situada en el altiplano mexicano representa el lugar donde se creó el universo. Cada primavera, luego de recolectar su planta sagrada: hikuri o peyote, los huicholes provenientes de Nayarit, Jalisco y Durango, alzan oraciones a sus dioses por la tierra, la cosecha, el agua y la vida.

Para las empresas mineras de todo el mundo, esta zona representa una oportunidad de negocio debido al incremento de precio que han registrado los minerales en los últimos años. Sobre todo la plata, un recurso abundante en este territorio donde las fuentes de trabajo son tan escasas que los pobladores emigran a Zacatecas, Coahuila, además de EU, dejando a sus mujeres e hijos lidiar solos con la pobreza y la desnutrición.

Cuando Minera Real Bonanza anunció el proyecto La Luz, el cual comprende 5 mil 737 hectáreas, de las que 40 por ciento están dentro de la reserva, comenzó la lucha entre wixárikas que sintieron amenazada su cultura y pobladores desesperados por empleo.

Los primeros exigen la cancelación del proyecto, al asegurar que la obra afectará su ruta sagrada y centros ceremoniales. Mientras que los segundos, demandan la liberación de permisos para que la minera pueda iniciar operaciones debido a que se crearían 500 empleos directos.

Sin embargo, la empresa busca que las pugnas se disuelvan. En el mes de mayo, Minera Real Bonanza cedió 761 hectáreas que se sumaron a las 45 mil que el gobierno federal declaró área natural protegida en la zona sagrada de Wirikuta. Ricardo Flores, gerente del proyecto La Luz, indicó que esta acción es para resguardar las tradiciones.

En entrevista con La Razón, detalló que las hectáreas cedidas garantizan la protección de los sitios sagrados para los huicholes. “Este territorio será declarado patrimonio nacional y nunca más habrá actividad minera”.

Eso sí, las licitaciones vigentes fuera de esa área así seguirán, puesto que están respaldadas por la ley y han sido cumplidos todos los reglamentos federales y estatales. “Nosotros creemos que puede convivir la minería con las tradiciones. La zona sagrada estará protegida mientras que los pobladores locales podrán tener un empleo permanente”.

Además la mina que se pretende abrir no es a cielo abierto, es subterránea y la planta se construirá a ocho kilómetros de la zona sagrada y de Real de Catorce, un pueblo que nació precisamente al pie de una mina, donde desde hace 200 años han convivido huicholes y mineros.

Más bondades del proyecto. Minera Real Bonanza espera que en 2013 se le otorguen los permisos para iniciar la construcción de la planta y preparación de la mina, y comenzar operaciones en 2014, lo que generará 500 empleos directos y 1,500 indirectos.