IP advierte débil crecimiento en el primer año de gobierno

IP advierte débil crecimiento en el primer año de gobierno
Por:
  • Berenice Luna

Factores como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la estrategia contra el robo de combustible, el alza en la tasa de interés, entre otros factores externos, podría reducir el crecimiento económico más de lo común en un primer año de gobierno, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

En su reporte semanal, el organismo empresarial mencionó que se corre el riesgo de que se reporte una caída en la economía, lo que se reflejará en la evolución del Producto Interno Bruto (PIB)  del primer trimestre del año.

Destacó que lo anterior se sustenta en que es posible que el Banco de México (Banxico) siga una política de aumento de tasas de interés como respuesta, por una parte, a la dinámica de la Reserva Federal y por otra, para evitar que la inflación interna continúe en ascenso, sobre todo cuando es factible que el tipo de cambio se debilite a lo largo del año.

“Si bien el primer año de cada sexenio muestra un menor dinamismo dado el proceso de adaptación del nuevo equipo de gobierno y la cautela empresarial ante los cambios en la política económica, es evidente que en esta ocasión el debilitamiento será mayor”, destaca”, mencionó.

El dato: El T-MECy su aprobación en EU también mete presión entre los inversionistas.

El CEESP recordó que durante la semana pasada el Bank Of America corrigió su pronóstico de crecimiento para México de 2.0  a 1.0 por ciento para 2019. Hasta hace sólo algunos meses los pronósticos anticipaban que la economía mexicana crecería ligeramente por arriba del 2.0 por ciento.

Ante esta nueva estimación, la reacción del nuevo gobierno no se hizo esperar al señalar que estas estimaciones eran poco serias, ya que “la economía mexicana crecerá 2.0 por ciento en el año”.

No obstante, se debe tener presente que los pronósticos macroeconómicos dependen de la evolución de diversas variables, de tal manera que en función de su comportamiento las estimaciones se pueden corregir al alza o a la baja.

Hasta el momento, la percepción de especialistas nacionales e internacionales consideran que el balance de riesgos se ha ido deteriorando, propiciando que las expectativas de crecimiento se vengan ajustando a la baja.

Sin embargo, la evolución de algunas variables macroeconómicas internas y la complejidad que se ha ido percibiendo de la situación de la economía mundial, en especial de la economía de Estados Unidos, que es el principal socio comercial, generaron un entorno de mayor cautela entre los expertos.

De acuerdo con los resultados de la encuesta de diciembre del año pasado que realiza el Banco de México, el pronóstico promedio de crecimiento del PIB para el 2019 se ubicó en 1.89 por ciento, después de que en octubre se anticipara un avance de 2.15 por ciento.

Asimismo, el consenso de la encuesta del IMEF de enero del presente año también muestra un ajuste a la baja al anticipar un crecimiento de 1.7 por ciento, después de que en octubre el pronóstico era de 2.0 por ciento.

Respecto al entorno externo, la mayor atención está puesta en el comportamiento de la economía de Estados Unidos. Después de que en 2018 reportó un crecimiento cercano a 3.0 por ciento, en buena medida impulsado por la instrumentación de la política fiscal de Trump en materia de reducción de impuestos.

En este sentido, se prevé que su dinamismo disminuirá dada la restrictiva política monetaria estimada, debido a la intención de la Reserva Federal de continuar, aunque de forma más moderada, con el alza de tasas de interés.

En suma, también destacan temas como el efecto que puede generar el cierre parcial del gobierno y el proceso de la aprobación del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en el Congreso.

Asimismo, se anticipa que el ritmo de crecimiento de Europa seguirá reduciéndose, ante la incertidumbre del sector empresarial ante la actividad política que prevalece, en temas como el Brexit, la situación en Francia y Alemania.

No obstante, la estrategia contra el hurto de gasolina incrementó la preocupación de los mercados, ya que es de suma importancia acelerar el abasto de combustible, mejorar la seguridad y generar un entorno de confianza mediante el fortalecimiento del Estado de derecho, todo ello, con el fin de estimular la inversión productiva y construir una imagen de país seguro y respetuoso de las reglas del juego.