Moody’s prevé menos obras por los recortes

Moody’s prevé menos obras por los recortes
Por:
  • eduardo_venegas

Las transferencias federales, a través del Ramo 23, a los estados para gasto en infraestructura probablemente disminuirá en 2019, dado que el Gobierno federal busca contener el gasto, situación que junto con el estancamiento de los ingresos propios y el aumento del gasto corriente, ha llevado a los estados a recortar el gasto en infraestructura.

De acuerdo con un análisis de Moody’s sobre transferencias gubernamentales, los estados se han abstenido de contratar deuda, a pesar de que las condiciones financieras son favorables y es probable que en 2019 los niveles de deuda se mantengan estables; no obstante, el gasto en infraestructura seguirá siendo estructuralmente bajo, lo que ampliará la brecha entre las necesidades de gasto en infraestructura de los estados y su capacidad de fondeo, un factor crediticio negativo.

Debido a que las transferencias federales etiquetadas conocidas como “convenios” pueden utilizarse tanto para gasto corriente como para gasto de capital, los estados con ingresos propios débiles y presupuestos ajustados, por lo que han recortado los gastos de capital y utilizado esos recursos para gasto corriente, con la finalidad de mantener resultados financieros equilibrados.

Según la calificadora, desde la implementación de la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios en 2016, se han observado reducciones en las tasas en el pago de intereses de la deuda de largo plazo, ya que éstas cayeron a un mínimo de 28 puntos base en el primer semestre de 2018, de una sobretasa de 118 puntos base, en el mismo periodo del año anterior.

Asimismo, varios estados, incluidos Veracruz y Chihuahua, refinanciaron sus deudas introduciendo nuevas mejoras crediticias que redujeron aún más los riesgos crediticios. Cabe recordar que en septiembre de 2018, el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que el gobierno entrante revisará las transferencias federales, en particular el Ramo 23, del cual aproximadamente el 41 por ciento es para fondear gasto en infraestructura.

[caption id="attachment_830112" align="alignnone" width="721"] Gráfico: La Razón de México[/caption]

Por consiguiente, es probable que en 2019 la caída de los convenios continúe y que los niveles de deuda nueva para infraestructura permanezcan bajos, en línea con la política del nuevo gobierno de no contraer nueva deuda. Como resultado, el gasto en infraestructura, como proporción del gasto total de los estados, seguirá siendo estructuralmente bajo.

Datos de Moody’s revelan que el fondeo federal para el gasto en infraestructura de los estados creció más rápidamente que cualquier otra forma de apoyo del Gobierno en 2012 y 2013. Sin embargo, desde 2014, estas transferencias (que representaron el 14 por ciento de las transferencias federales en 2017) han disminuido como parte del plan de ajuste federal.

Como consecuencia del recorte de transferencias, los estados mexicanos, que ya tienen presupuestos ajustados, disminuyeron su gasto en infraestructura a 4.2 por ciento del gasto total en 2017 de siete por ciento en 2013.  Aunque la mediana de ingresos propios alcanzada por

los estados aumentó ligeramente a 8.9 por ciento en 2017 respecto al 7.6 por ciento en el período 2013-2016, estos niveles siguen siendo débiles y no compensan totalmente la reducción de las transferencias.

El Dato: Moody’s señala que los estados redujeron su gasto en infraestructura de 7 a 4.3 por ciento, y gastarán más a medida que sus ingresos se incrementen.