Protege tus cosechas de todo riesgo

Por Claudia Castro Reyna

Conoce los principales estados afectados

Si te dedicas a la producción en el campo, lo mejor es que cuentes con un seguro agrícola que te permita protegerte del viento, las sequías, las inundaciones, las heladas, las plagas o cualquier otro imprevisto.

Pese a que México se ha caracterizado por ser uno de los países más importantes en la actividad agrícola, la conciencia de los campesinos por tener asegurados sus cultivos y anticiparse a cualquier contingencia es aún muy baja.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Aseguramiento Rural (SNAMR) en el 2009 alrededor de 2 millones 91 mil hectáreas estuvieron protegidas con algún seguro tradicional ofertado por los fondos de aseguramiento y aseguradoras privadas de forma individual.

De éstos, 54.5% se encuentra en los estados de Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Veracruz, siendo los cultivos de maíz, trigo, caña, sorgo, frijol, cebada, algodón, soya, garbanzo y arroz los más asegurados.

Felipe de Jesús Zavala Ponce, delegado en Guanajuato de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) asegura que las ventajas de contar con un seguro agrícola, no sólo beneficia a los agricultores, sino también al país, ya que genera ahorro interno y mayor estabilidad para el sector.

“Por lo anterior, en los últimos años algunos gobiernos estatales han decidido comprar coberturas de seguros agrícolas para evitar la pérdida de dichos recursos, así como la descapitalización de los productores y campesinos en caso de alguna eventualidad que perjudique las cosechas”, comenta Zavala Ponce.

Y es que este tipo de seguros tienen como objetivo proteger los riesgos posibles la inversión realizada por el campesino para obtener un cultivo específico en una zona geográfica determinada, con el propósito de disminuir las pérdidas económicas y consecuentemente atentar contra el patrimonio del mismo.

Coberturas por riesgos. Los seguros agrícolas ofrecen diferentes coberturas dependiendo si se trata de riesgos climatológicos, ya sea sequía, incendios, vientos fuertes, granizo, inundación, heladas, falta de piso, exceso de humedad, bajas temperaturas y ondas cálidas; o biológicos, como en el caso de enfermedades, plagas y depredadores.

Asimismo, existen aquellos relacionados con la imposibilidad de sembrar y los riesgos cubiertos bajo condiciones de invernadero, como el caso de lluvias, granizo, nieve y explosión en invernadero.

Sin embargo, quedan excluidos algunos riesgos como por malas prácticas agrícolas, terremotos, erupción volcanes, desbordamiento de cauce no atribuible a lluvia excesiva, entre otros.

Según la Condusef, la cobertura puede otorgarse mediante diferentes esquemas, como el seguro a la inversión que garantiza la recuperación del costo del cultivo ante un evento cuando el valor de la producción es inferior a la inversión realizada por el agricultor.

Además existe el seguro a la cosecha esperada y de producción garantizada que cubren los daños contra los riesgos que se señalen como cubiertos y ampara la producción esperada y un porcentaje de la producción acordado a un precio pactado.

Los seguros agrícolas son operados por las compañías de seguros y fondos de aseguramiento y es la forma más eficaz de administrar el riesgo de la producción en el campo.

Haz efectivo el pago de tu seguro

•Toma todas las medidas necesarias para disminuir la pérdida.

•Avisa a la compañía aseguradora en las próximas 24 horas ocurridas después del siniestro, y por escrito en los siguientes 5 días.

•El inspector o la aseguradora se presentará para realizar la evaluación de los daños a más tardar 30 días después de ocurrido el siniestro.

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