Inflación bien, pero persisten los riesgos

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

La inflación y el crecimiento económico son las variables económicas con mayor impacto sobre el bienestar de la población. Respecto a la primera, no hay duda de que se trata del peor enemigo de los salarios, pues la mayor inflación provoca por lo general no sólo la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, sino que incluso puede implicar también una pérdida en la calidad del consumo.

Esto último lo vivimos recientemente con el doble impacto. Durante 2022 la inflación alcanzó un pico considerable y preocupante con un avance anual de 8.7%. Por fortuna el proceso antiinflacionario emprendido por el Banxico a través de su política monetaria ha tenido éxito mostrando un claro proceso de reducción de la inflación.

El segundo impacto se refiere al sostenido aumento de los precios de los alimentos. A lo largo de este año hemos sido testigos del importante aumento de los precios de las frutas y verduras que alcanzaron su más reciente pico en julio pasado con una tasa anual de 24%, lo que perjudicó en buena medida el bolsillo de los hogares, a pesar del incremento en los salarios. Por fortuna, también este proceso está cediendo y, ya en septiembre, la tasa anual de estos productos ha descendido hasta 7.6%.

El reporte de septiembre arrojó resultados mixtos de la inflación, pero con un sesgo claramente positivo. En primer lugar, la inflación general sigue su marcha descendente alcanzando una tasa anual de 4.58% desde 4.99% previo, logrando un mínimo de 6 meses.

En segundo lugar, como había anticipado en este espacio, los precios de los alimentos han caído, especialmente los precios agrícolas que alcanzan su menor tasa desde noviembre, a la vez que también se desaceleran las cotizaciones de las manufacturas alimenticias y de los productos pecuarios.

Otro elemento importante radica en los precios de las mercancías distintas de alimentos cuya tasa anual de crecimiento ya es menor al 3% promovida por la reciente debilidad de la demanda y porque continúa reflejándose el impacto de la fortaleza del tipo de cambio.

La inflación subyacente, que es el indicador más útil para ver la tendencia de la inflación en el mediano plazo, acumula 22 meses de trayectoria a la baja, alcanzando 3.91% anual desde 8.3% en su pico reciente a principios del año pasado. Sin duda un resultado alentador.

No obstante, todavía existen elementos importantes de preocupación que no deben desdeñarse. El principal se refiere al hecho de que persisten las presiones sobre el componente de servicios, actualmente es el principal riesgo sobre la inflación. Desafortunadamente no muestra una tendencia a la baja. Posiblemente, el principal impulsor de estos precios se ubica en el aumento de los costos salariales, ya que se trata de un sector muy intensivo en mano de obra. Otro elemento adicional son los precios de los energéticos que, si bien siguen disminuyendo a tasa anual, todavía están en niveles altos: 6.0% vs. 6.6% el mes anterior.

Afortunadamente, a la luz de las tendencias recientes, la menor inflación y particularmente la caída de los alimentos son buenas noticias. Frenan el deterioro del costo de la canasta básica y permiten al Banxico continuar con el ciclo de bajas en la tasa de interés lo que va a favorecer el crecimiento en el mediano plazo. Buenas noticias.

Temas:
TE RECOMENDAMOS:
Arturo Damm Arnal