Para colmo de males la inflación suma tres meses consecutivos a la alza. Enero: 3.59%, por debajo de 4% por primera vez en 46 meses. Febrero: 3.77%, 0.18 puntos porcentuales mayor que la de enero, el 5.01%. Marzo: 3.80%, 0.03 puntos porcentuales mayor que la de febrero, el 0.80%. Abril: 3.93%, 0.13 puntos porcentuales mayor que la de marzo, el 3.42%, a 0.08 puntos porcentuales de ubicarse, nuevamente, por arriba del 4%, por arriba de la máxima inflación aceptable, según la meta del Banco de México, 3% más – menos un punto porcentual de margen de error.
Escribo para colmo de males porque tenemos problemas de confianza empresarial para invertir directamente y producir bienes y servicios, crear empleos y generar ingresos, confianza que en abril fue, en escala de cero a cien, de 29 puntos (41 un año antes). Consecuencia de lo anterior tenemos problemas de inversiones directas, medidas por el comportamiento de las inversiones en instalaciones, maquinaria y equipo, que en febrero, en términos anuales, decrecieron 6.0% (un año antes crecieron 10.6%). Resultado de lo anterior tenemos problemas de crecimiento económico, medido por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, que en febrero, en términos anuales, creció 0.5% (un año antes el crecimiento fue 2.2%). Efecto de todo lo anterior tenemos problemas de compra de bienes y servicios, por lo tanto de consumo y bienestar, compras que, en términos anuales, en febrero, decrecieron 0.7% (un año antes crecieron 5.5%). Para colmo de males se suma la inflación con tres meses consecutivos de repunte, amenazando con situarse, nuevamente, por arriba del 4%, la máxima inflación aceptable según la meta del Banco de México, cuya eficacia para conseguirla ha dejado que desear. Fue en 2001 cuando el Banco de México adoptó la meta puntual de inflación del 3%. De enero de 2001 a abril de 2025 la inflación promedio anual fue 4.32%, 1.32 puntos porcentuales por arriba de la meta puntual, el 44%.
Si bien la inflación de abril (3.93%), fue la menor de los tres últimos abriles (abril 2024, 4.65%; abril 2023, 6.25%), lo cual es bueno, fue la mayor de los cuatro últimos meses (enero, 3.59%; febrero, 3.77%; marzo, 3.80%; abril, 3.93%), lo cual es malo.

Ovidio costó vidas
La herramienta, por demás ineficaz, con la que cuenta el Banco de México para evitar que la inflación repunte, es la Tasa de Interés Interbancaria, TII. Ésta es la receta: si la inflación sube la TII sube; si la inflación baja la TII baja (véase: https://www.razon.com.mx/opinion/2022/02/16/tii-eficaz/). La inflación lleva tres meses aumentando, y la de abril (3.93%), resultó 0.34 puntos porcentuales mayor que la de enero (3.59%), el 9.5%.
Si la receta es: si sube la inflación sube la TII, y si la inflación lleva tres meses aumentando, ¿que deberá hacer la Junta de Gobierno del Banco de México en su próxima reunión, el 15 de mayo? Subir la TII, algo que probablemente no hará. Lo más probable es que la baje, como lo ha hecho desde el 8 de agosto hasta el 27 de marzo, pese al repunte inflacionario de febrero y marzo.
¿Qué podría indicar que, pese a que aumenta la inflación, el Banco de México baja la TII? Que lo que pretende la Junta de Gobierno del banco central no es llevar la inflación a la meta puntual del 3%, sino bajar la TII lo más rápido posible, con lo cual convierten al medio en fin.
