La transformación de México avanza en beneficio de la mayoría que históricamente había sido ignorada y que no era tomada en cuenta para decidir el rumbo de nuestra nación. Hoy, por primera vez en la historia, gracias a la iniciativa impulsada por nuestro movimiento, y aprobada por el Poder Legislativo, las y los mexicanos tendremos la oportunidad de elegir a las personas juzgadoras integrantes del Poder Judicial.
La elección del primer domingo de junio representa un paso fundamental para terminar de enterrar el viejo régimen de privilegios, corrupción y complicidad de una mafia que también se había apoderado del sistema de justicia de nuestro país, utilizándolo como un instrumento para desfalcar los recursos de la nación, mantener negocios y cometer todo tipo de abusos que les permitieron enriquecerse y controlar el territorio nacional durante años.
El riesgo de perder todo eso es parte de la explicación de por qué se han opuesto férreamente y han criticado hasta el cansancio esta iniciativa que le devuelve el poder al pueblo, lo que será un primer paso para limpiar y transformar el gastado sistema judicial, opaco, traficante de influencias, protector de un pequeño grupo privilegiado, que le daba la espalda a quienes no tenían el dinero para pagar por la justicia, y controlado por familias completas que se llenan los bolsillos con el dinero de todos.
Con la reforma al Poder Judicial se hará posible que las personas y comunidades con pocos recursos puedan acceder a la justicia y ejercer sus derechos; se acabará con la corrupción que impera a todos los niveles del Poder Judicial; se contará con un sistema eficiente, transparente e imparcial, encabezado por personas juzgadoras que no tendrá más compromiso que con el pueblo.
Evidentemente, transformar el sistema de justicia será un proceso largo, con muchas resistencias como ha sido el camino de la Cuarta Transformación que iniciamos en el país en 2018, que todos los días sufre los embates de una oposición arrogante, lerda y malintencionada. Pero el pueblo tendrá la sabiduría y la valentía para hacer realidad este sueño por el que tanto hemos luchado y en el que muchos compañeros y compañeras han entregado su vida.
Por eso, debemos dimensionar y ser conscientes de la importancia de participar y ser parte de esta decisión de gran trascendencia para el futuro de todas y todos. Es importante informarse, saber los cargos que elegiremos, la manera de votar y conocer a las y los candidatos que aspiran a cada uno de los cargos. Es decir, asumir con total responsabilidad esta decisión.
Este 1 de junio, tenemos una cita con la historia y estoy seguro de que nuestro pueblo hará de esta jornada electoral una verdadera fiesta cívica, ejemplar y valiente, tomando en sus manos el rumbo de la historia para alcanzar la justicia que tanto hemos anhelado.