Aranceles: lecciones para recordar

Aranceles: lecciones para recordar
Por:
  • arturov-columnista

La medida del presidente Trump de imponer un arancel de 5% a todas las mercancías provenientes de México a Estados Unidos a partir del 10 de junio para todos los productos provenientes de México, y que además subiría hasta el 25% en octubre, como medida para que México endurezca sus acciones para frenar la migración centroamericana a Estados Unidos que pasa por México, es simplemente una medida extrema, fuera de toda lógica económica, que nos exige evaluar lo que estamos haciendo.

Afortunadamente, la respuesta oficial mexicana ha sido de moderación y procurando no engancharse en el tono agreste del presidente Trump. No obstante, ello no garantiza una reconsideración de la medida por parte de Estados Unidos, por el contrario, la responsabilidad de los representantes mexicanos es enorme, pues tienen que negociar lo que en principio debería ser negociable.

El comercio exterior entre México y Estados Unidos está regido por el actual TLCAN, y posiblemente, por la entrada en vigor del T-MEC y suscrito a instituciones internacionales, como la Organización Mundial de Comercio. Sin menoscabo del problema migratorio, nada tiene que ver con el comercio internacional y las reglas que lo rigen. De ahí que la responsabilidad de los negociadores mexicanos sea muy complicada.

En paralelo, hay múltiples reacciones de rechazo tanto en México como en Estados Unidos. Se trata de una medida totalmente desproporcionada que, además de violar los acuerdos del actual TLCAN y las reglas de la OMC, no es unilateral, es decir, no sólo afecta a México, sino que también impacta negativamente muchos elementos de la vida económica en ambos lados de la frontera.

De entrada, la decisión aumenta los riesgos de menor crecimiento y mayor inflación en ambos países. Estados Unidos mantiene un enfrentamiento comercial con China y ahora con México, lo que pone nerviosos a los mercados por sus repercusiones sobre el crecimiento mundial. Ello ha provocado un retroceso en los mercados bursátiles, a la vez que ha golpeado al peso mexicano.

Paradójicamente, el impacto de la medida arancelaria sobre la paridad peso dólar implica hasta ahora una depreciación de 2.5%, que compensa la mitad del impacto que sobre las exportaciones tiene la imposición inicial de aranceles. Pero en sentido contrario, las importaciones mexicanas se verán afectadas por la mayor depreciación y el arancel. Los efectos son dobles y negativos, incrementa los precios -en dólares y en pesos- generando un duro golpe a los costos de producción. Asimismo, debe considerarse que buena parte de los proveedores de insumos importados son empresas de Estados Unidos, que se verán afectados por la medida.

Desafortunadamente, la irracionalidad económica de la medida propuesta no permite prever un escenario positivo. Pero tampoco brinda una probabilidad importante a la imposición progresiva de aranceles hasta 25% en octubre dadas las consecuencias catastróficas en ambos lados de la frontera.

Por tal motivo, es muy probable un escenario donde el arancel que se aplica es de 5%. Como respuesta, el Gobierno mexicano aplicará selectivamente aranceles a las importaciones provenientes de Estados Unidos, tratando de proteger en la medida de lo posible las cadenas productivas. No bastará con un ánimo y discurso de buena voluntad. Será necesario, como en otras ocasiones, responder con la misma moneda.

Pero lo más importante, es la lección que deja este triste episodio para el mediano y largo plazo. La necesidad de diversificar mercados (Asia, Europa y Latinoamérica) es una prioridad. El fortalecimiento de las cadenas productivas mediante una política industrial clara y con objetivos precisos –que hasta ahora no es evidente-, y una orientación mucho más acentuada al mercado interno, son las pautas que debe seguir la política pública, para atenuar la severa dependencia de decisiones externas como la que estamos sufriendo. Este gobierno insiste en atacar los problemas desde sus raíces, es lo correcto, y también es hora de ver acciones más concretas.