Apoyo a la economía no es suficiente

Apoyo a la economía no es suficiente
Por:
  • arturov-columnista

Dos documentos relevantes dan cuenta de los esfuerzos gubernamentales por enfrentar la crisis económica que ya asoma de manera acentuada. Los Criterios Generales de Política Económica 2021, donde se expone no sólo la perspectiva para el próximo año, sino también y quizá lo más importante, el diagnóstico del impacto de la crisis sanitaria sobre la economía para este año. En segundo lugar, el documento que presentó el presidente para reactivar la economía.

En cuanto a la evaluación para el presente año, la estimación oficial de una caída de -2.9% del PIB luce bastante optimista. Hacienda supone una caída muy acentuada de la economía en el primer semestre –en especial en el segundo trimestre- y una rápida recuperación en la segunda mitad del año.

Los supuestos fundamentales de este escenario son: un aplanamiento oportuno de la curva de infección del COVID19; una pronta recuperación de la actividad económica en EU; un incremento en el precio del petróleo en el segundo semestre y continua recuperación de la producción petrolera.

La estrategia oficial de las finanzas públicas corrige sus estimaciones y pretende ahora un déficit público amplio (Requerimientos Financieros del Sector Público) equivalente a 4.4% del PIB por arriba del 2.6% pronosticado hace unos meses. El mayor déficit se origina tanto por una menor disponibilidad de ingresos como por un esfuerzo fiscal procíclico.

El balance primario (balance público – costo financiero) es el mejor indicador disponible para evaluar el impulso fiscal. Se estima un déficit primario equivalente a 0.4% del PIB contrasta con el superávit primario de 1.1% registrado el año pasado y con superávit de 0.7% estimado a principios del año.

En mi opinión, en materia de ingresos públicos, los niveles de recaudación además de optimistas tienen riesgos importantes derivados de la alta probabilidad de un menor crecimiento respecto a la estimación oficial, el incumplimiento de la producción de petróleo y a fallas en la supuesta mayor eficiencia recaudatoria.

La política de gasto para este 2020 prevé un incremento de las erogaciones públicas de 0.8% real (1.0% del PIB). El esfuerzo por impulsar el crecimiento vía mayor gasto público se observa en el avance del gasto programable de 1% real.

La Deuda Pública Neta como porcentaje del PIB se incrementa hasta 52.1% desde 44.9% en 2019; no obstante, Hacienda argumenta que el mayor déficit será financiado principalmente con activos financieros del sector público, por lo que no se recurrirá a nuevo endeudamiento. El documento oficial no es lo suficientemente claro en esta estrategia, fundamentalmente en los detalles referentes a la disponibilidad de los activos y en el nivel de la deuda bruta.

Según la estadística de la Secretaría de Hacienda la deuda bruta del sector público en 2019 fue equivalente a 47.1% del PIB lo que solo da un pequeño margen de 2.2 puntos del PIB. El resto del incremento de la deuda (5 puntos del PIB) puede atribuirse a los efectos de revaloración por la depreciación cambiaria y de la contracción económica que implica un menor nivel de PIB.

Si bien la política fiscal tiene una orientación contra-cíclica no resulta un esfuerzo suficiente para atenuar la caída de la economía, además de que los supuestos sobre los que está diseñada son muy optimistas.