Banxico: limita relajamiento monetario

Banxico: limita relajamiento monetario
Por:
  • arturov-columnista

La decisión de política monetaria estuvo en línea con lo esperado por el consenso. Banxico, a pesar de mostrar un tono más “relajado” respecto a las condiciones monetarias, decidió reducir la tasa de política monetaria sólo 25 puntos base llevándola hasta 7.50% desde 7.75%.

De nueva cuenta, se llegó a la decisión dividida, con una mayoría que optó por una baja de 25 puntos base (pb), en tanto que dos miembros de la Junta de Gobierno se inclinaron por una baja más acentuada de 50pb.

Considero que, con la reciente decisión, Banxico deja pasar una oportunidad importante para impulsar con mayor fuerza el crecimiento económico. Las condiciones para una baja de 50pb –que incluso Banxico reconoce abiertamente-, eran propicias, además de que difícilmente podremos verlas todas juntas de nueva cuenta en el futuro.

En primer lugar, la evidente debilidad del crecimiento económico que, incluso, Banxico presenta un balance de riesgos con sesgo a la baja y, anticipa para su próximo informe de inflación, un escenario menos optimista que el que actualmente tiene.

Asimismo, el desempeño de la inflación -justo en el objetivo puntual de Banxico, presenta riesgos inflacionarios equilibrados. Las expectativas inflacionarias de mediano plazo están ancladas y cercanas al 3.0%, además de que la estabilidad cambiaria (por debajo de los 20 pesos por dólar) y su menor volatilidad, sumados a la brecha negativa del producto apoyan decididamente bajos niveles de inflación.

En el ámbito externo, el banco central reconoce la tendencia a la baja de las tasas de interés y la debilidad económica mundial y, principalmente, la menor incertidumbre financiera global. Por lo tanto, también en este ámbito, las condiciones para una baja mayor de la tasa de interés eran propicias.

Contrario a estas tendencias y, a juzgar por la decisión de bajar sólo 25pb la tasa de interés, es de suponerse que otras consideraciones tuvieron un peso relevante en la decisión de tres miembros de la Junta de Gobierno.

En particular, supongo, que las preocupaciones sobre el tipo de cambio y sobre la dinámica de crecimiento de la inflación subyacente fueron los elementos fundamentales que frenaron una decisión de una baja más acentuada en la tasa de interés.

En efecto, una inflación subyacente anual en 3.7% -por arriba del 3.0%- y un posible repunte de los precios agropecuarios son riesgos inflacionarios al alza no despreciables en los próximos meses.

El crecimiento de la inflación subyacente es relativamente alto si consideramos que todavía no es evidente el impacto que tendrán los aumentos de los salarios en los costos de algunas empresas. Además, persisten las amenazas de imponer aranceles por parte del presidente Trump, hecho que, a su vez, brinda mayor volatilidad al tipo de cambio, incrementando las posibilidades de mayor inflación.

Es en este sentido, fue una decisión complicada para el Banco de México. El balance de los pros y contras de un mayor ajuste a la baja en la tasa de interés de política monetaria, mostraba, a mi parecer, posibilidades mayores para una baja de 50 puntos base; sin embargo, la autoridad monetaria optó por una solución gradual. Así, se anticipa por el consenso de analistas una baja adicional de 25pb en la tasa de interés para finales de este año para terminar en 7.25%.

Hay que recordar que si bien, el objetivo prioritario del Banco de México es lograr una inflación baja y estable, ello no deslinda una responsabilidad en torno al desempeño económico y financiero del país.