Cees Nooteboom, Coltrane, Zoé Valdés y Óscar Chávez

Cees Nooteboom, Coltrane, Zoé Valdés y Óscar Chávez
Por:
  • carlos_olivares_baro

Semana intensa dibujada en la vacilación. Desvelos replegados en crepúsculos de largueza extenuada. Lo peor no es el insomnio: lo peor es ser testigo de la desnudez de la noche. La estación dormita en el vientre de una fantasía que se inscribe más allá del enigma de su pronunciación. / Última semana de este abril: deshojada fluctuación en bruma tentadora, aciaga y escindida: todo sobreviene en la invisibilidad. Cada gesto, una herida o una posibilidad de concebir preguntas para Dios. Reflejado en el espejo, tengo miedo de ser sombra y alimento de esa luz secreta que acorrala el anhelo.

Sin embargo, una sembradura de ilusión se cuela entre los nardos espinosos: el escritor holandés Cees Nooteboom gana el Premio Formentor de las Letras 2020; John Coltrane se empina: A Love Supreme repica, el deleite se acrecienta en los rescoldos del alba en el Día Internacional del Jazz; recibo desde París, enviada por su autora Zoé Valdés, la novela, Pájaro lindo de la madrugá. El Día del Niño: me veo en una foto con trajecito de marinero junto a mi madre y dos hermanas: sonrío a la cámara con las manos cruzadas y la inocencia de una calma que todavía, después de tantos años desconozco: cuánto olvido podré recuperar para otorgarlo a ese remoto gozo que aviva ahora mi quebranto. La infancia es un país habitado por la aspiración y la simiente de toda la desgarradura futura. Somos el olvido que seremos, como bien lo suscribe Héctor Abad Faciolince. Hay un estallido en la densidad de los primeros años: vidrioso espesor de fiebre inicial.

Con música intento alejar este suplicio diario de pesadumbre indefinida. La tarde del jueves 30 de abril se ensombrece: el juglar Óscar Chávez muere a causa del coronavirus. La muerte y sus huestes empañando aún más la inquietud. Retumban en mis ojos los exiliados y abatidos acordes melódicos de “Por ti”: “Por ti, / yo dejé de pensar en el mar / por ti, / yo dejé de fijarme en el cielo / por ti, / me ha dado por llorar como el mar, /me he puesto a sollozar como el cielo / me ha dado por llorar. // Por ti, / la vida se me ha vuelto un infierno/por ti, / estoy muerto de amor tan enfermo...” No sé de dónde salen los augurios y escucho entre las grietas de la noche un fragmento de “Mundo triste”: “Este mundo /Es tan triste /La vereda de la cuna al sepulcro es tan sombría; / Que un alma, / Siempre sola, / No podría soportar las fatigas del vivir”.

No me canso de escuchar el fonograma más espiritual de la historia del jazz, A Love Supreme: cántico que derrama pautas inusitadas sobre el tiempo. Pocas veces el jazz ha inundado con tanta hondura los contornos de la clemencia jubilosa, los fragores de la letanía, los preludios de la noche, la grieta enramada de la nostalgia. John Coltrane (1926-1967) —pasmado por una interpelación de Dios— responde con un desfile de notas de instigación dilatada.

Celebro el Premio Formentor para Nooteboom, uno de los más destacados escritores holandeses contemporáneos: entro a los parajes de esa obra maestra que es Cartas a Poseidón (Siruela, 2013): “Tú eres un Dios, yo un ser humano. Lo mires como lo mires, este es el statu quo. Tal vez pueda preguntarte ahora lo que siempre quise preguntar. ¿Qué es un ser humano para vosotros? ¿Nos despreciáis por ser mortales?” / Ingreso a los folios de Pájaro lindo de la madrugá (Algaida, 2020), de Zoé Valdés: dos ancianos, amigos desde la infancia, conversan de su pasado tras más de 50 años sin verse: develación de los compendios políticos de un país y un presidente borrado de la historia oficial: polémica crónica que rescata del olvido a Fulgencio Batista.

https://www.youtube.com/watch?v=ll3CMgiUPuU

Pájaro lindo de la madrugá

Autor: Zoé Valdés

Género: Novela

Editorial: Algaida, 2020

 

A Love Supreme

Artista: John Coltrane

Género: Jazz

Disquera: ¡Impulse!/Verve Music, 2008