AMLO, la nota nuestra de cada día

AMLO, la nota nuestra de cada día
Por:
  • Carlos Urdiales 1

El sexenio de Andrés Manuel López Obrador sumará 23 Informes de Gobierno. Los de abril, porque sí. Los de julio, de cuando ganó. Los de septiembre, porque debe de. Y los de diciembre, por cumplir años en el poder. El último de 2024 ya no será, porque su administración concluirá en octubre, merced de un ajuste al calendario electoral.

Para cuando la 4T pase capítulo habrán ocurrido más de mil 500 conferencias mañaneras entre lunes y viernes; o más, si cumple su advertencia de extender el modelo de comunicación a sábados y domingos y evitar así, dice el Presidente, vacíos informativos que dan espacio a las conspirativas campañas de desinformación.

O un poco menos, si éste o el próximo INE logran conciliar la sana costumbre de prudentes ausencias mediáticas durante periodos electorales con las ganas de este mandatario por gravitar en el centro diario de la vida política nacional.

Un Presidente que a golpe de presencia y protagonismo sin precedentes acapara las agendas cotidianas. Los temas que son ajenos a su quehacer y sentir los hace suyos por comisión u omisión; por sus filias o por sus fobias, que no son pocas. Hombre obstinado y recurrente a temas, frases y formas, va a por todas.

El periodismo político depende de quienes hacen política y hoy, en México, Andrés Manuel López Obrador detenta ese monopolio. Los contrapesos teóricos generan apenas destellos de tanto en tanto.

En esa circunstancia, el Presidente se somete todos los días al escrutinio, al juicio de sus luces y sombras, de sus aciertos y yerros. No hay, pues, ánimos neoliberales ni conservadores detrás de la lógica reacción a tan contundente e insistente acción de estar en los temas hasta en donde sería mejor su ausencia.

No cabe duda que la impronta de austeridad y honestidad personal del hombre de poder marcará un antes y un después de AMLO. De agradecer la expulsión de los excesos a costa del erario en la burocracia nacional. Válida, hasta que exista evidencia de lo opuesto, su apuesta de primero los pobres, con todo y sus extremos presupuestales en gasto social, que hacen tronar dedos y secretarios de Hacienda.

Donde las dudas se agolpan es en la diferencia entre los conceptos austero y barato, entre lograr ahorros sin provocar déficit, entre la rectitud y la incapacidad como sello de una clase sin talento para hacer que las cosas que el Gobierno debe provocar, ocurran.

Como el abasto de medicinas. Como la entrega de fertilizantes. Como la certidumbre financiera. Como el combate a la violencia, inseguridad e impunidad. Como el apoyo a las causas sociales más justas. Como la condena a la cultura del machismo. Como el repudio total a los feminicidios.

Porristas-funcionarios ayudan nada al Presidente con maromas retóricas. Cobertura, análisis y crítica en medios y redes, proporcional al tamaño de pista y reflectores que acomoda a diario AMLO para sí.

No más, pero tampoco menos.