El crecimiento importa

El crecimiento importa
Por:
  • Carlos Urdiales

Y lo sabe el Presidente. Quizá no lo reconozca con palabras que desentonen en su retórica ideológica que proclama; lo importante es el bienestar, el desarrollo. Pero en los hechos, el Jefe del Ejecutivo arma un gabinete emergente para el crecimiento y la inversión, y coloca al frente de él a su empresario de confianza, Alfonso Romo.

Se confirmó que en 2019 la economía nacional se contrajo una décima de punto porcentual, que por primera vez desde 2009 la economía nacional fue en sentido inverso a la de Estados Unidos, que creció 2.3 por ciento el año pasado, que el primer año de la 4T fue el de peor desempeño económico en la última década. ¿Y?

El proyecto económico de nación se mantiene, austeridad y más austeridad con apoyos sociales y más apoyos sociales. Por cierto, el mandatario pidió a sus legisladores que en la Constitución se establezca que el presupuesto de programas sociales no pueda recortarse, nunca. Pero ¿qué fue lo que determinó el pésimo año? La falta de inversión.

El control en el ejercicio del gasto público se exageró por desconocimiento funcional del Gobierno. Faltó pericia hacendaria y presupuestal. Los pronósticos de calificadoras, analistas, Banco de México y hasta de la propia Hacienda que durante todo un año el Presidente criticó por neoliberales, se impusieron.

La inversión privada amaga con abordar el Plan Nacional de Infraestructura que habrá de presentarse en dos semanas. Barones del dinero reclaman a cambio, certidumbre jurídica, reglas consistentes, congruencia financiera y viabilidad económica para embarcarse en proyectos nacionales.

Si algo sembró temor entre los inversionistas durante el año uno de la 4T, fue la cancelación de Texcoco, las disputas por contratos de gasoductos, el freno a las rondas petroleras y las subastas eléctricas.

Acuerdos firmados que se pelean en aras de ahorros públicos ahuyentan nuevos capitales. Cambio de políticas públicas en el sector energético, agroindustrial, salud y hasta en áreas culturales y de filantropía, producen desconfianza. El informe del Inegi sobre el PIB lo confirma.

Ojo. La industria farmacéutica nacional enfrenta una crisis combinada. Por un lado el Gobierno altera la mecánica de compras, centraliza todo, crea desabasto, acusa chantaje, sabotaje y decide por decreto (28 de enero) abrir la importación de fármacos de la India o China sin contar con registros ni certificaciones sanitarias. Para solucionar la crisis autogenerada, la 4T pone contra las cuerdas a este sector industrial, sus empleos y transferencia de desarrollo científico. Todo a golpe de contrapropaganda.

Así las cosas, Alfonso Romo emprende una vez más la tarea de convencer a quienes tienen dinero de que lo inviertan, pero el reto más duro será alinear, al interior del aparato oficial, criterios y decisiones enfocadas al fomento de la inversión y al crecimiento real, no a la confrontación y a la revancha ideológica.

Es al interior del gabinete, eso que el Presidente llama “elefante reumático”, donde subsisten las peores barreras políticas y normativas para que en México haya confianza, inversión, oportunidades y sí, crecimiento.

Tan importa el crecimiento que Andrés Manuel López Obrador, sin considerar cuántas apuestas de mentis pierda sin consecuencia nimia, ordena acabar con tantas disonancias ejecutivas al interior de la 4T.

El jefe de la Oficina del Presidente conoce a quienes bloquean y a quienes torpedean. Ha de trabajar para contenerlos. Sabe, por quienes han caído en el camino durante el primer año, qué grillas y luchas de poder enfrenta. Con ese expertise va adelante con la encomienda de su jefe.

Por cierto. Que la plenaria de Morena con el Presidente en Palacio Nacional, ¿alguien protestó por el uso del espacio público para un trabajo partidista? Y que estuvo a punto de cancelarse por el bloqueo del Frente Popular Revolucionario (FPR), que encabeza Florentino López Martínez, nos hizo recordar que sus raíces se remontan al extinto grupo guerrillero de los setenta, el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

Movimiento sin evolución que opera convocando a sectores pobres y marginados para que, con promesas de meterlos a programas sociales del Gobierno con base en negociación bajo presión, apoyen sus protestas, bloqueos y tomas de predios, oficinas o instalaciones. Contingentes de ambulantes, campesinos, mototaxistas y porros de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca al servicio de las peores causas.