Antonio Fernández Fernández

Responsabilidad civil de los motociclistas por riesgo creado

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Fernández Fernández 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“El precio de la grandeza es la responsabilidad”

Winston Churchill

Después del accidente sufrido por los motociclistas en la autopista México-Cuernavaca el pasado 15 de agosto, mucho se ha discutido al respecto, desde recibir todo tipo de críticas, hasta elogios por el valor de hacerlo; sin duda es un tema a discutir desde diversos aspectos, y no debemos dejar de analizarlo desde el punto de vista jurídico.

Una de las finalidades de las leyes es tratar de regular todas las conductas que pueden producir algún tipo de daño, y para este caso el artículo 1913 del Código Civil para la CDMX establece una figura que la doctrina ha denominado “del riesgo creado o responsabilidad objetiva”, cuyo artículo establece, que: “Cuando una persona hace uso de mecanismos, instrumentos, aparatos, vehículos automotores o sustancias peligrosas por sí mismos, por la velocidad que desarrollen… está obligada a responder del daño que se cause, aunque no obre ilícitamente, a no ser que se demuestre que ese daño se produjo por culpa o negligencia inexcusable de la víctima”.

Por lo anterior, tenemos que, independientemente de toda culpa, los conductores de las motocicletas automáticamente se colocan, por el simple hecho de conducir, bajo la responsabilidad civil por riesgo creado; por lo tanto, de cualquier daño que se cause serán, en un principio, responsables, debiendo cubrir los daños y perjuicios, e incluso se podría demandar daño moral, además de las faltas administrativas correspondientes.

En este caso, tenemos que agregar que conducían a más de doscientos kilómetros por hora, algunos habían ingerido bebidas alcohólicas o sustancias sicotrópicas, lo que agrava su responsabilidad; y se pierde el derecho al seguro por el uso de la autopista, además de ser responsables de los daños y perjuicios causados a las personas y vehículos dañados.

En México, tenemos que desarrollar una cultura de la responsabilidad civil, donde no sólo sean responsables los motociclistas, sino también las autoridades que han permitido estas prácticas peligrosas y fuera de la ley, así como las empresas concesionarias de la autopista por permitir que se ponga en peligro la vida de los usuarios, y en todo caso por omisión de no reportar toda situación a las autoridades respectivas.

Es una desgracia lo que sucedió, pero si no hacemos algo al respecto, pronto volveremos a ver motociclistas rebasar a toda velocidad a automovilistas, sin que nadie les ponga un alto, y no sólo por la seguridad del propio motociclista, sino la seguridad de los terceros ajenos y quienes no desean poner en riesgo su vida.

Tenemos las leyes que regulan estas conductas, sólo hay que aplicarlas; corresponde a la autoridad las sanciones administrativas, civiles y penales, pero corresponde a nosotros, los ciudadanos, demandar la aplicación de la responsabilidad civil cuando nos vemos afectados, y corresponde a los tribunales resolver sobre ello; hacer lo que a cada uno nos corresponde nos hará una mejor sociedad y un país de leyes, lo cual hace mucha falta.