Arturo Damm Arnal

Biden y la economía mexicana

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

Hoy inicia la administración de Biden y la pregunta es, ¿cómo le irá a la economía mexicana con el nuevo gobierno estadounidense?

Para responder hay que identificar cuáles son los frentes de la economía mexicana ligados directamente a la estadounidense. Son tres. Primero: el comercio exterior, tanto por el lado de las exportaciones, con las cuales satisfacen sus necesidades los estadounidenses, como de las importaciones, con las cuales satisfacemos nosotros nuestras necesidades, tanto de producción como de consumo. Segundo: las inversiones directas de capitalistas estadounidenses en México, productoras de bienes y servicios, creadoras de empleos, generadoras de ingresos. Tercero: el envío de remesas, los dólares que los mexicanos que viven y trabajan en los Estados Unidos mandan a sus familiares en México, convertidos en una muy eficaz “ayuda externa”.

Si la economía estadounidense logra crecer más, con las consecuencias positivas sobre la creación de empleos y la generación de ingresos en aquel país, ello se traduciría en más exportaciones de productos mexicanos, lo cual ayudaría a las empresas exportadoras que operan en México, y a aquellas con las que se relacionan, comenzando por sus proveedores.

Si México ha de atraer más inversión extranjera directa de los Estados Unidos, ¡y debe hacerlo!, lo importante es lo que haga el gobierno mexicano para hacer de la mexicana una economía más segura y confiable, más atractiva para esas inversiones directas, algo que la 4T, que ha hecho de la nuestra una economía menos atractiva para las inversiones directas, más insegura y menos confiable, no entiende.

En la medida en la que el nuevo plan de ayuda económica de Biden, por 1.9 billones de dólares, se traduzca en más dólares en manos de mexicanos que viven en los Estados Unidos, ello puede traducirse en un mayor envío de remesas a México, que ayudaría a la economía mexicana, y no solo por las familias que recibirán más dólares, sino por las presiones a la baja que, ceteris paribus, ese mayor envío de dólares al país podría ocasionar sobre el tipo de cambio peso – dólar.

A partir de los tres frentes que relacionan a las economías mexicana y estadounidense, poco es lo que Biden puede hacer para favorecer a la primera, y mucho lo que la 4T debe hacer para reactivarla, comenzando por algo muy importante: cumplir con lo pactado en el marco del T-MEC, haciendo caso a lo expresado en la carta que los secretarios de Estado, de Energía y de Comercio estadounidenses enviaron la semana pasada a los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores, de Energía y de Economía, reclamándoles el incumplimiento de lo pactado en el T-MEC y señalándoles cuáles podrían ser las consecuencias, para empezar, en materia de inversión extranjera directa.