Arturo Damm Arnal

La clave: confianza empresarial

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

De las inversiones directas dependen la producción de bienes y servicios (con los que satisfacemos nuestras necesidades), la creación de empleos (para producir alguien tiene que trabajar), y la generación de ingresos (al que trabaja se le paga), y de los empleos y los ingresos depende la compra de bienes y servicios y, por lo tanto, el consumo de las familias y la satisfacción de sus necesidades.

Hay una clara relación entre las inversiones directas y el consumo de las familias, y su comportamiento nos da una buena imagen de las condiciones generales de la economía.

La Inversión Fija Bruta, IFB, es la que se realiza en instalaciones, maquinaria y equipo, y forma parte esencial de la Inversión Directa, ID. El comportamiento de la primera es un buen indicador del comportamiento de la segunda.

Según las cifras más recientes del INEGI, en el primer cuatrimestre del año, en términos anuales, la IFB tuvo este comportamiento: enero, menos 8.6 por ciento; febrero, menos 10.6; marzo, menos 11.1; abril, menos 37.1 por ciento. En promedio mensual, durante el primer cuatrimestre, este fue su comportamiento: 2018, más 3.4 por ciento; 2019, menos 2.23; 2020, menos 16.85 por ciento. El nivel de la IFB en abril pasado fue similar al de diciembre de 1997. De tal tamaño fue la caída.

El Consumo Privado, CP, es las compras que realizan las familias residentes en el país, excluyendo la adquisición de vivienda y objetos lujosos, por lo que su comportamiento es un buen indicador del consumo familiar y del bienestar de las familias.

Según los datos más actualizados del INEGI, en términos anuales, durante el primer cuatrimestre del año, este fue el comportamiento del CP: enero, menos 0.2 por ciento; febrero, menos 0.7; marzo, menos 2.7; abril, menos 22.3 por ciento. Durante el primer cuatrimestre, en promedio mensual, así se comportó: 2018, más 2.53 por ciento; 2019, más 0.88; 2020, menos 6.48 por ciento. El nivel del CP en abril pasado fue similar al de octubre de 2009. De tal magnitud fue el desplome.

Si el comportamiento de la IFB y del CP nos dan una buena imagen de las condiciones generales de la economía, desde la producción hasta el consumo, dichas condiciones resultan, para la economía mexicana, ¡tal y como era de esperarse!, preocupantes.

Si en buena medida el CP depende de la ID, y la IFB forma parte esencial de ésta, una de las condiciones necesarias para la recuperación del CP es la recuperación de la IFB y de la ID, para lo cual los empresarios deben recobrar la confianza en el gobierno, algo que, todo así lo indica, el gobierno no tiene claro. Confianza empresarial, esa es la clave, misma que, según datos del INEGI, va a la baja: en junio de 2019 se ubicó, en escala de 0 a 100, en 50.9 puntos; en junio pasado en 37.7 unidades.