Arturo Damm Arnal

¿Qué conviene?

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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El tipo de cambio es el precio del dólar en términos de pesos, cuyo comportamiento en lo que va del año ha sido, a grandes rasgos, el siguiente.

Iniciamos 2022 con un tipo de cambio (tomo como referencia el tipo de cambio Fix, calculado diariamente por el Banco de México), en 20.48 pesos por dólar. El 8 de marzo alcanzó el máximo anual en 21.38 pesos, lo cual dio como resultado una depreciación de 0.9 pesos, equivalente al 4.39 por ciento. A partir de entonces, y hasta el momento, se inició una tendencia a la baja, y el 30 de mayo alcanzó el mínimo anual en 19.50 pesos, resultando en una apreciación, con relación al máximo anual, de 1.88 pesos, que equivale al 8.79 por ciento y, con relación al inicio de año, de 0.98 pesos, equivalente al 4.79 por ciento.

Hay quienes se preguntan qué le conviene a la economía mexicana, ¿la apreciación o la depreciación del tipo de cambio peso dólar?, pregunta a la que respondo que, para efectos del comportamiento del tipo de cambio, la economía mexicana no existe. Lo que existe son dos grupos de agentes económicos, importadores y exportadores, con intereses encontrados con relación al tipo de cambio.

A los exportadores les interesa, porque los beneficia, que el tipo de cambio se deprecie, es decir, que el precio del dólar, en términos de pesos, aumente, porque entonces por cada dólar de mercancía exportada reciben una mayor cantidad de pesos. Y la depreciación los beneficia porque beneficia a su contraparte, los consumidores extranjeros de productos mexicanos, quienes por cada dólar que pagan reciben más pesos de mercancía mexicana.

Por el contrario, a los importadores les interesa, porque los favorece, que el tipo de cambio se aprecie, es decir, que el precio del dólar, en términos de pesos, baje, porque entonces por cada dólar de mercancía importada pagan una menor cantidad de pesos. Y la apreciación los beneficia porque beneficia a su contraparte, los consumidores mexicanos de productos importados, quienes por cada peso que pagan reciben una mayor cantidad de dólares de mercancía importada.

Entonces, ¿qué debe hacerse con el tipo de cambio? ¿A quién debe beneficiarse? ¿A los exportadores, para lo cual debe depreciarse? ¿A los importadores, para lo cual debe apreciarse?

¿Qué debe hacerse con el tipo de cambio? Nada, sobre todo si quien debe hacerlo es el gobierno, manipulando el tipo de cambio, ya para que se deprecie y beneficie a los exportadores, lo cual perjudicaría a los importadores, ya para que se aprecie y beneficie a los importadores, lo cual perjudicaría a los exportadores.

¿Qué quiere decir que, con relación al tipo de cambio, el gobierno debe hacer nada? Que se mantenga su libre flotación, por la cual el tipo de cambio se determina, como debe ser, por la relación entre la oferta y la demanda de la divisa estadounidense, lo cual tiene la ventaja de que cualquier tipo de presión que surja sobre el tipo de cambio, ya sea a la alza o a la baja, se elimina al momento, evitando la acumulación de presiones, sobre todo alcistas, primer paso en el camino hacia la crisis cambiaria.

Una pregunta interesante es si, con el Banco de México acumulando reservas de dólares (actualmente tienen 200 mil millones), realmente tenemos un esquema de libre flotación, pregunta cuya respuesta, por motivos de espacio, dejo para otra ocasión.