Arturo Damm Arnal

Del crecimiento

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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¿Por qué es importante que la economía crezca lo más posible?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que el crecimiento de la economía se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios para el consumo final, el Producto Interno Bruto, el PIB, bienes y servicios con los que satisfacemos desde necesidades hasta deseos.

Lo segundo que hay que considerar es que de la producción de bienes y servicios depende el empleo (para producir alguien tiene que trabajar), y el ingreso (a quien trabaja se le paga por hacerlo), y que el bienestar de las personas, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone, la mayoría de los cuales hay que comprar, depende del empleo y el ingreso.

Lo tercero que hay que tener presente es que el problema económico es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quiere, y mucho menos gratis, y que una de las condiciones para minimizarla, en el entendido de que nunca viviremos en un mundo sin escasez, en el cual todo alcance para todos, en las cantidades que cada uno quiera, y gratis, es que se produzca lo más posible, que la economía crezca lo más posible.

Por estas tres razones es importante que la economía crezca lo más posible, siendo éste, el mayor crecimiento posible de la economía, el principal reto económico que tenemos en México. Entre 1935 y 1981 la economía mexicana creció, en promedio anual, 6.17 por ciento. En 1982 perdimos el crecimiento elevado y sostenido, y entre 1982 y 2021 el crecimiento promedio anual fue 2.07 por ciento. Según el promedio de las 37 respuestas recibidas por el Banco de México en su encuesta de septiembre sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, en los próximos diez años, de 2023 a 2033, la economía mexicana crecerá, en promedio anual, 2.01 por ciento (3.02 según la expectativa más optimista, 1.50 según la menos). De cumplirse la expectativa seguiremos enfrentando, los próximos diez años, el mismo reto que enfrentamos entre 1982 y 2022, el del crecimiento elevado y sostenido.

¿Cómo vamos en materia del crecimiento? Considerando la estimación oportuna del PIB (la cifra definitiva la conoceremos el 25 de noviembre), durante el tercer trimestre del año (el INEGI reporta el PIB trimestralmente), en términos trimestrales (comparando cada trimestre con el trimestre anterior), la economía creció 1.0 por cierto (0.9 el trimestre anterior), y en términos anuales (comparando cada trimestre con el mismo trimestre del año anterior) creció 4.2 por ciento (2.0 el trimestre anterior), buenos resultados pero insuficientes para, primer paso de la recuperación, recuperar el nivel del PIB de 2018, antes de que, en 2019, iniciara la recesión. El nivel del PIB del tercer trimestre de 2022 estuvo 0.66 por ciento por debajo del de 2018.

¿De qué depende el crecimiento? De las inversiones directas destinadas a la producción de bienes y servicios, que dependen de la confianza de los empresarios para invertir directamente, que depende de la competitividad del país, definida como la capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, que depende, en buena medida, del Estado de Derecho, que en México es cada vez más Estado de chueco, tema al que regresaré mañana.