Arturo Damm Arnal

Gobierno empresario, ¿por qué no? (1/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Gobernar consiste, en esencia, en estas cuatro tareas: (i) prohibir la violación de derechos (que realmente lo sean: hoy, arbitrariamente, se identifican necesidades y/o intereses con derechos, algo propio del Estado de chueco, no de Derecho); (ii) prevenir, hasta donde sea posible (y esa posibilidad siempre se queda muy corta con relación a lo deseable), la violación de derechos; (iii) castigar a quien viole derechos (castigo que también se queda muy corto con relación a lo deseable); (iv) obligar al violador a resarcir a la víctima (indemnización que también se queda muy corta con relación a lo deseable porque, de entrada, hay muchos delitos que, estrictamente hablando, no pueden resarcirse).

Podemos discutir si el gobierno debe ser, desde el petrolero de la nación hasta el educador de la gente, pero, salvo que seamos anarquistas (y de preferencia anarcocapitalistas), no debe discutirse si el gobierno debe realizar las cuatro tareas apuntadas en el párrafo anterior, tareas que son las que le corresponden de manera esencial por lo que, si no las realiza, podrá ser desde el educador de la gente hasta el petrolero de la nación, pero de ninguna manera gobierno.

Emprender, en el mundo de la economía, consiste en producir, ofrecer y vender bienes y servicios, para lo cual hay que invertir directamente, inversiones directas que se destinan a producir y ofrecer satisfactores, a crear empleos, puesto que para producir y ofrecer alguien debe trabajar, y a generar ingresos, puesto que a quien trabaja se le paga por hacerlo.

No debemos discutir si se deben o no producir, ofrecer y vender bienes y servicios, pero lo que sí se debe discutir es cuál es la mejor manera de hacerlo, en beneficio de los consumidores. ¿Por medio de empresas privadas, compitiendo entre sí, o a través de empresas del gobierno, que por lo general son monopolios? Los consumidores se benefician de la trilogía de la competitividad, menores precios y/o mayor calidad y/o mejor servicio, la cual se consigue, o con empresas privadas compitiendo entre sí, o con empresas privadas y empresas del gobierno compitiendo entre sí, pero no con empresas monopólicas, ya sean privadas o gubernamentales.

Gobernar consiste, esencialmente, en prohibir la violación de derechos; en prevenir su violación; en castigar al violador; en obligarlo a resarcir a la víctima. En pocas palabras: en hacer valer la justicia.

Emprender consiste, en el ámbito de la economía, en invertir directamente para producir, ofrecer y vender bienes y servicios, creando empleos y generando ingresos, condiciones necesarias para el bienestar.

La legítima tarea del gobierno, con relación al emprendimiento, es hacer valer los derechos de los empresarios (emprendedores en el ámbito de la economía), a la libertad individual para producir, ofrecer y vender satisfactores, y a la propiedad privada sobre los medios de producción necesarios para poder hacerlo.

Si aceptamos lo anterior entonces debemos estar en contra, uno, de que el gobierno rescate empresas y, dos, de que el gobierno tenga empresas, de entrada porque ambas tareas generan riegos morales, que surgen cuando alguien no se hace responsable por las consecuencia de sus actos, lo cual incentiva conductas irresponsables, como por lo general se dan en las empresas del gobierno.

Continuará.