Arturo Damm Arnal

IED

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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IED, Inversión Extranjera Directa. Extranjera: capitales generados en otros países que se invierten en México, debiendo tener en cuenta que lo importante no es de dónde vienen los capitales sino a dónde van. Lo que importa es que son capitales, no que son nacionales o extranjeros. Directa: capitales que se destinan (i) a la producción de bienes y servicios, con los que se satisfacen las necesidades, con la que se mide el crecimiento de la economía; (ii) a la creación de empleos, puesto que para producir alguien debe trabajar; (iii) a la generación de ingresos, puesto que a quien trabaja se le paga por hacerlo; (iv) empleos e ingresos de los cuales depende, en buena medida, el bienestar de las personas, sobre todo si éste debe ser el resultado del trabajo propio, no de las dádivas otorgadas por el gobierno. Lo que importa es que es inversión directa, no de cartera.

¿Cómo vamos, en materia de IED, en México? Según datos preliminares, proporcionados por la Secretaría de Economía, entre enero y septiembre, durante los tres primeros tres trimestres del año, la IED sumó 32 mil 147 millones de dólares, 29.9 por ciento más que en el mismo periodo del 2021, en el cual sumó 24 mil 832 millones.

Del total de IED el 11.1 por ciento, 3 mil 568 millones de dólares, fue por concepto de cuentas entre compañías; el 43.7 por ciento, 14 mil 048 millones, reinversión de utilidades; el 45.2 por ciento, 14 mil 530 millones, nuevas inversiones.

Del total de IED el 36.3 por ciento, 11 mil 669 millones de dólares, se destinó a la manufactura; el 14.5 por ciento, 4 mil 661 millones, a los transportes; el 13.6 por ciento, 4 mil 372 millones, a información en medios masivos; el 11.6 por ciento, 4 mil 193 millones, a servicios financieros; el 5.8 por ciento, 2 mil 097 millones, a comercio; el 4.8 por ciento, 1 mil 735 millones, a minería; el 13.4 por ciento restante, 4 mil 844 millones, a otros sectores de la actividad económica.

De total de la IED el 39.1 por ciento, 14 mil 133 millones de dólares, provino de los Estados Unidos; el 9.5 por ciento, 3 mil 434 millones, se originó en Canadá; el 7.1 por ciento, 2 mil 566 millones, provino de España; el 4.9 por ciento, 1 mil 771 millones, se originó en Argentina; el 3.9 por ciento, 1 mil 410 millones, provino de Japón; el 3.8 por ciento, 1 mil 374 millones, se originó en el Reino Unido; el restante 31.7 por ciento, 11 mil 459 millones, procedió de otros países.

Esta ha sido la IED, entre enero y septiembre, de 2018 a 2021. 2018: 34.1 mil millones de dólares. 2019: 34.6 mil millones. 2020: 28.2 mil millones. 2021: 24.8 mil millones. 2022: 32.1 mil millones. En 2022 se obtuvo un mejor resultado que en 2021 y 2020, pero todavía por debajo del que se logró en 2019.

Por motivos que van desde la desconfianza que entre los inversionistas ha generado la 4T, hasta los efectos económicamente recesivos del COVID, la IED no ha tenido un comportamiento que pudiéramos calificar de excelente, y así, excelente, debe ser el comportamiento de las inversiones directas, tanto nacionales como extranjeras, por todo lo que depende de ellas: la producción de satisfactores, la creación de empleos, la generación de ingresos, el bienestar de las personas. Y seamos honestos: la mexicana no es una economía cien por ciento segura y confiable para las inversiones directas, lo cual limita las posibilidades de progreso económico.