IED, ¿conquista y saqueo?

PESOS Y CONTRAPESOS

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Inversión Extranjera Directa, IED, capitales generados en el país X e invertidos en Y, para lo cual éste debe ser lo suficientemente atractivo, lo cual dependerá de su competitividad, de su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, nacionales y extranjeras. Lo que importa es que sean inversiones directas, no la nacionalidad original de esos capitales.

Escribo nacionalidad “original” porque si los capitales generados en el país X se invierten en el país Y, y allí producen bienes y servicios para sus habitantes; y allí crean puestos de trabajo y fuentes de ingreso para sus habitantes; y allí pagan impuestos al gobierno de Y para beneficio de sus habitantes; y desde allí exportan mercancías generando divisas para el país Y, esos capitales, cuya nacionalidad original era X, ahora tienen la nacionalidad final Y.

No importa en dónde se generan los capitales: en el país X. Lo que importa es dónde se invierten: en el país Y. Y si el gobierno del país Y le da a los inversionistas extranjeros, como debe ser, el mismo trato que a los inversionistas nacionales (no hay nacionalismo económico), y si ese trato no implica el otorgamiento de privilegios (no hay capitalismo de compadres), entonces la IED no tiene inconvenientes. Lo importante es que es inversión directa, no que es inversión extranjera.

Desafortunadamente hay políticos que, por ser extranjera, descalifican a la IED, considerándola como un medio para que los extranjeros abusen de los nacionales: exploten su trabajo, destruyan sus recursos, roben sus riquezas. ¿Será el caso de AMLO?

La pregunta la hago porque, relacionado con el caso Iberdrola, empresa española que desde 1999 invierte directamente en México en la industria eléctrica, AMLO, refiriéndose la IED de dicha empresa, afirmó que “México no es tierra de conquista (que) no van a venir a saquearnos (que) se acabó eso (que) tenemos que cuidar el patrimonio de los mexicanos”, lo cual, si las inversiones de Iberdrola en México, que suman 137 mil millones de pesos, fueran producto del capitalismo de compadres, y por lo tanto de privilegios mal habidos, como lo ha insinuado AMLO, serían cuestionables, pero sin olvidar que esos privilegios, suponiendo que los haya pedido la empresa, tuvieron que ser otorgados por el gobierno, y que en estos casos, típicos del capitalismo de compadres, peca más quien otorga que quien pide.

¿Verá AMLO en la IED, en general, la intención de conquista y saqueo de parte de los inversionistas extranjeros? ¿No será, como dice Mónica Garza, que México debe conquistar, en el buen sentido del término, y de buena manera, a los inversionistas extranjeros, para que inviertan más en México, inversiones directas que tanto necesitamos? Sí, claro que sí.