Arturo Damm Arnal

Itinerario del progreso económico (7/10)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Puede definirse el progreso económico como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, definición que incluye las tres dimensiones que debe tener el progreso económico para que realmente sea eso, progreso, tanto en la producción y oferta de más y mejores bienes y servicios, como en la compra y consumo de los mismos de parte de más gente.

Producir más bienes y servicios, dimensión cuantitativa del progreso económico (relacionada con la primera condición, por el lado de la oferta, para minimizar la escasez).

Producir mejores bienes y servicios, dimensión cualitativa del progreso económico (relacionada con la posibilidad de satisfacer de mejor manera, con mejores satisfactores, las necesidades).

Producirlos para un mayor número de gente, dimensión social del progreso económico (relacionada con la posibilidad de lograr mayor bienestar para más personas).

El progreso económico, sobre todo en su dimensión social, sigue pendiente en México, en donde el 43.9 por ciento de la población sobrevive en condiciones de pobreza.

¿Qué relación existe entre el progreso económico, definido como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, y el bienestar de las personas que depende, no de manera exclusiva, pero sí de modo insustituible, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen para satisfacer sus necesidades? Que lo primero, el progreso económico, es condición necesaria de lo segundo, el bienestar de las personas, que es la variable con la cual debe medirse el desempeño de la economía.

Si definimos al progreso económico como la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente, y si lo que necesitamos, como lo necesitamos en México, es un mayor progreso económico, sobre todo en su dimensión social, debemos preguntarnos, primero, de qué depende esa capacidad y, segundo y más importante, de quién depende esa capacidad. De qué y de quién.

¿De qué depende la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente? De las inversiones directas, destinadas a producir bienes y servicios, a crear empleos (para producir alguien debe trabajar), y a generar ingresos (a quien trabaja se la paga por hacerlo).

¿De quién depende la capacidad para producir más y mejores bienes y servicios para un mayor número de gente? De quienes invierten directamente. ¿Y quiénes invierten directamente? Los empresarios, cuyas inversiones directas dependen de la competitividad del país, de qué tan seguro y confiable sea invertir directamente en el país, todo lo cual tiene que ver con el Estado de derecho, la variable meta económica que determina el desempeño económico de un país.

Continuará.