Arturo Damm Arnal

PACIC ll (1/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Ya tenemos PACIC II, segunda versión, corregida y aumentada, del Paquete Contra la Inflación y la Carestía, PACIC, mismo que, en su primera versión, PACIC I, vigente del 4 de mayo al 3 de octubre, resultó ineficaz para combatir la inflación, misma que repuntó, de mayo a septiembre, de 7.65 a 8.76 por ciento, repunte de 0.81 puntos porcentuales, equivalente al 10.59 por ciento.

No se consiguió el objetivo de cualquier programa antiinflacionario: frenar y revertir el repunte en la inflación para ubicarla dentro de los márgenes de la meta, que en México es tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error: mínima dos, máxima cuatro. Actualmente es 8.76.

Sin PACIC I, ¿el repunte inflacionario habría sido mayor? Sí, por la contención en los precios de los combustibles. Pero el objetivo debe ser, no evitar que el repunte sea mayor, sino frenarlo y revertirlo, objetivo que, hasta la primera quincena de septiembre, última para la que tenemos información, seguía pendiente.

¿Qué decir del PACIC II? Que, comparado con el PACIC I, es básicamente más de lo mismo, pero reforzado, basado en dos estrategias, la primera relacionada con los precios de los 24 productos que integran la canasta básica PACIC, 22 alimentos más jabón de tocador y papel higiénico; la segunda con la oferta y producción de los mismos.

La estrategia relacionada con los precios consiste en el compromiso de productores (sobre todo agropecuarios), y oferentes (tiendas de autoservicios), de reducir ocho por ciento el precio máximo promedio de la canasta básica PACIC de 24 productos, para que pase de 1,129 pesos mensuales a 1,039, precio que estará vigente hasta el 28 de febrero (¿y después?).

La estrategia relacionada con la oferta y producción consiste, uno, en prohibir temporalmente, para aumentar la oferta interna, la exportación de maíz blanco, frijol y sardina, así como de chatarra de aluminio y acero, usada en la producción de envases para alimentos, prohibición que viola, ¡y no es tema menor!, el derecho a la libertad de los exportadores de esos productos para decidir a quién ofrecerlos.

Dos, en eximir de los permisos otorgados por el SENASICA y la COFEPRIS, así como del pago del impuesto general de importación, a quienes importen alimentos e insumos para sus envases, la medida más controvertida de todas, porque el gobierno renuncia a su obligación de garantizar el derecho de las personas a consumir productos que no dañen su salud, comprometiéndose las empresas a verificar que lo que importan y ofrecen no represente riesgos para la salud de los consumidores, exenciones que implican el otorgamiento de privilegios a favor de quienes las reciben, y en contra de quienes no, ¡y tampoco es tema menor!, tratando el gobierno de manear desigual a quienes debería tratar de igual manera, algo propio del capitalismo de compadres.

Tres, en el compromiso del gobierno de contener los precios de los combustibles y la electricidad, aplicando subsidios (que este año costarán 400 mil millones de pesos), y de congelar las tarifas de autopistas concesionadas al FONADIN y a CAPUFE, todo ello hasta el 28 de febrero.

¿Logrará el PACIC II frenar y revertir el repunte inflacionario o, como hasta ahora, lo único que conseguirá será evitar un repunte mayor?

Continuará.