Arturo Damm Arnal

Vacunas, ¿bienes públicos?

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

Las vacunas son bienes necesarios, de cuyo consumo nadie debe quedar excluido, pero no son, ni pueden serlo, bienes públicos, aquellos de cuyo consumo no es posible excluir a alguien, y cuyo consumo no genera rivalidad. El consumo de las vacunas sí genera rivalidad: la vacuna que se le aplica a Juan no puede aplicársele a Juana. Del consumo de las vacunas sí puede excluirse: si Juana o Juan no pagan por la vacuna quedan excluidos de su aplicación.

Hay ciertos bienes públicos que no deben ser provistos por el gobierno, por ejemplo, fuegos artificiales, y otros que sí deben serlo, por ejemplo, el alumbrado de las calles (véase el anterior Pesos y Contrapesos), financiado con impuestos.

Del alumbrado de las calles no es posible excluir a alguien: todo el que pasa por una calle alumbrada se beneficia de que está alumbrada. El consumo de alumbrado en las calles no genera rivalidad: que Juan se beneficie del alumbrado no impide que Juana también se beneficie.

El alumbrado en las calles es un bien público que sí debe ser provisto por el gobierno ya que, si fuera provisto por un particular, éste enfrentaría el problema de cobrarle a los consumidores: ¿cómo cobrarles a todos los Juanes y las Juanas que pasan por las calles alumbradas, cobro necesario para la recuperación del costo de producción y, por ello, para garantizar la continuidad de la provisión del alumbrado? Lo más probable es que, si el alumbrado de las calles fuera provisto por particulares, dada la dificultad que tendrían las empresas privadas para cobrarles a los consumidores, no habría provisión de alumbrado callejero, con los inconvenientes que ello traería consigo, comenzando por el tema de la seguridad: conviene que, por motivos de seguridad, las calles estén alumbradas.

Dado que, por motivos de seguridad, conviene que las calles estén alumbradas, y dado que no hay incentivos para que los particulares provean dicho alumbrado, es que debe ser provisto por el gobierno, financiado con impuestos. Se trata de un bien público que, por ser también un bien necesario, del cual nadie debe quedar excluido, debe ser provisto por el gobierno. No es el caso de las vacunas, que son bienes necesarios, pero no bienes públicos, razón por la cual tratarlos como si lo fueran, que es lo que se ha hecho con las vacunas contra el Covid-19, es un error.

Con relación a los bienes que no son públicos, pero sí necesarios, como es el caso de las vacunas, quien pueda pagarlos debe hacerlo de su propio bolsillo, y a quien no pueda pagarlos se le debe ayudar, ayuda que puede ser de los particulares o del gobierno, conviniendo que sea de los primeros y no del segundo, y solo del segundo cuando no haya otra alternativa.

Continuará.

(Segunda de tres partes)