Arturo Damm Arnal

Volviendo a la normalidad (X)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

Este es el último Pesos y Contrapesos con el título Volviendo a la normalidad, que es el agotamiento del efecto rebote, que consistió en los excelentes resultados que se obtuvieron, sobre todo en junio y julio, los meses de la reapertura de la economía, después de los pésimos resultados de abril y mayo, los meses del cierre parcial de las actividades económicas. Después de un período de pésimos resultados, sobre todo si se deben al cierre parcial de la economía, por lo general se tiene un período de excelentes resultados, consecuencia únicamente de la reapertura, período que no dura mucho, regresando a la normalidad.

(Dicho sea de paso, no confundamos este efecto rebote con la paradoja de Jevons, también conocida como efecto rebote, que consiste en la posibilidad de que el uso de tecnologías energéticamente más eficientes incremente el consumo de energía).

En estos Pesos y Contrapesos he mostrado el agotamiento del efecto rebote, la vuelta a la normalidad, por el comportamiento de la venta de vehículos ligeros, de la inversión fija bruta, del consumo privado, del comercio exterior, de la ocupación y el empleo, de la actividad industrial, de la industria manufacturera, del sector de la construcción, del sector comercial, del sector de los servicios. Hoy concluyo esta serie analizando el comportamiento del Indicador Global de la Actividad Económica, IGAE, que mide el comportamiento de la producción en el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, pesca, actividad forestal), secundario (la industria) y terciario (los servicios).

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, este ha sido el comportamiento de la producción a lo largo de los primeros nueve del año: enero, más 0.1 por ciento; febrero, menos 0.6; marzo, menos 1.2; abril, menos 17.5; mayo, menos 2.4; junio, más 8.8; julio, más 5.7; agosto, más 1.1; septiembre, más 1.0 por ciento. Después de los pésimos resultados de abril y mayo, consecuencia del cierre, se obtuvieron excelentes resultados en junio y julio, consecuencia de la reapertura, y por lo tanto del efecto rebote, que perdió impulso en agosto y septiembre y que, ante la negativa del gobierno para ayudar a las empresas (que no es lo mismo que rescatar empresarios), lo seguirá perdiendo hasta agotarse del todo, precisamente lo que está sucediendo en esto últimos meses del año.

Volver a la normalidad, en lo que a la actividad económica se refiere, sobre todo en materia de producción, quiere decir volver a la mediocridad, que ha sido la regla desde 1982. Estamos hablado de 38 años, más los que faltan, dada la negativa de la 4T para hacer, lo que debe hacerse, no solo para reactivar la economía, sino para superar la mediocridad de casi cuatro décadas de crecimiento insuficiente.