Arturo Vieyra

Crecimiento en 2021: riesgos latentes

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra
Arturo Vieyra
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Desafortunadamente, más allá de los buenos deseos, que bien recibidos y necesarios resultan, con el año que comienza no hay necesariamente una nueva situación que implique condiciones diferentes a las que terminó el año pasado.

Por el contrario, comenzamos el año con un pico en la pandemia promediando casi diez mil contagios diarios, lo que implica en bien de la salud pública, el cierre de muchos establecimientos, pero en detrimento de la actividad económica para el primer trimestre. También por desventura, esta situación no es propia de nuestro país, de tal suerte que el rebrote de contagios tiene un carácter global, lo cual suma riesgos externos con una posible afectación para nuestras exportaciones en el primer trimestre del año.

A pesar de este crítico comienzo de año, el inicio de un proceso de vacunación masiva a nivel local y mundial brinda optimismo en la perspectiva económica de este 2021. Se espera que conforme avance este proceso, las condiciones económicas vendrán mejorando paulatinamente especialmente en la segunda mitad del año.

Entonces, la respuesta adecuada a la pregunta sobre qué esperamos para la economía mexicana en este difícil entorno de salud, no es sencilla, implica evaluar el balance entre la ruta de la pandemia y el impacto positivo de la vacunación masiva. En primer lugar, lo que ya es evidente, es que la actividad económica se verá afectada en la primera parte del año por el hecho de que la Ciudad de México, el Estado de México, Baja California, Guanajuato y Morelos son entidades que se encuentran en semáforo rojo y, por tanto, registrarán un menor nivel de actividad y su importancia es grande en la producción (aproximadamente una tercera parte del PIB nacional).

No obstante, se espera una reapertura gradual hacia el segundo trimestre del año, promoviendo una mayor actividad económica. Lo que sumado a la mayor inversión del sector público en sus megaproyectos y al mayor gasto social, serán elementos que promoverán la demanda interna.

En paralelo, la reactivación de la economía de Estados Unidos está en marcha, es posible que en este año presente un crecimiento cercano al 5% apoyado por la reciente aprobación de estímulos fiscales adicionales. Ello sin duda impulsará nuestras exportaciones y el crecimiento económico.

Es muy razonable la duda en torno a si estos elementos serán suficientes para lograr un crecimiento económico importante. En este sentido, llama la atención el hecho de que la mayor parte de los analistas esperamos un crecimiento económico para este año entre 3.5% y 4%. Ello tiene que ver en buena parte con el hecho de que frente a la caída de casi 9% en el año pasado, no resulta difícil superar un nivel de producción tan pobre, es decir, hay una base de comparación muy baja que —omitiendo algunas cuestiones técnicas en este espacio—, en si misma podría proporcionar al menos un crecimiento de 2% sin hacer mayor esfuerzo. Así sumando, los elementos anteriores a este efecto aritmético en el crecimiento, se ve factible el pronóstico de los analistas. No obstante, los riesgos de la pandemia son considerables y muy inciertos.