Arturo Vieyra

Contra la inflación esfuerzos loables, no suficientes

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La semana pasada el gobierno mexicano anunció el “Paquete Contra la Inflación y la Carestía” (Pacic) que consiste en una serie de medidas para combatir la inflación durante los próximos seis meses (mayo-octubre 2022). La estrategia general tiene como objetivo tratar de contener el incremento de los precios de la canasta básica diseñada por la Profeco.

A la luz de este objetivo general, son claros los intentos oficiales por poner diques a la inflación galopante que estamos viviendo, como por coadyuvar a los sectores más desprotegidos de la población que, sobra decir, han sido los más afectados por la inflación. No es para menos, los precios de la canasta básica seleccionada en abril se incrementaron 14% respecto al mismo mes del año pasado, mientras el conjunto del INPC avanzó 7.7%.

Las medidas ya han sido divulgadas exhaustivamente por los medios informativos. Me remito a señalar que el Pacic va fundamentalmente en dos sentidos: (1) atender las causas del incremento de los precios incentivando una mayor y mejor oferta y la disminución de los costos de las empresas, y (2) concertación con actores importantes del mercado, especialmente grandes empresas productoras y distribuidoras para contener los precios de los 24 productos de la canasta básica.

El Pacic en la medida en que no es en estricto sentido un mecanismo de control de precios ha sido bien recibido por los analistas económicos, aunque coincidimos en que su alcance para disminuir la inflación será limitado. Cálculos propios indican que la inflación con las medidas podría contener la inflación hacia finales del año, dependiendo de su eficiencia, entre medio y un punto porcentual aproximadamente. Bajo este escenario, estimo que la inflación terminaría este año alrededor del 6.5%.

El Pacic es una estrategia positiva, refleja un diagnóstico adecuado de las causas de la inflación con la intención de incrementar la oferta de productos agropecuarios, pero hay que tener bien claro que constituye únicamente un apoyo a la política monetaria implementada por Banxico, que es la principal responsable de mantener la inflación en niveles adecuados. En todo caso, hay con el Pacic y la contención de los precios de los energéticos una contribución adicional al anclaje de las expectativas inflacionarias.

No es menor el hecho de que el Pacic brinde señales claras por atender la problemática inflacionaria, más allá de la ortodoxia respetando las condiciones del mercado y, más aún, para proteger el poder adquisitivo de los segmentos más desprotegidos de la población. Asimismo, en la medida que conlleva una concertación entre gobierno e iniciativa privada, políticamente es una señal positiva de mayor entendimiento entre empresarios y gobierno.

Además de que la contribución será mínima a la reducción de la inflación, el Pacic muestra debilidades que valen la pena mencionar. Hay riesgos de que, en caso de no aplicar medidas preventivas, se acelere la inflación al terminar el plazo de compromiso para la contención de precios.

Adicionalmente a los altos costos fiscales para contener el precio de los energéticos, se sumarán los costos por menor recaudación vía aranceles y el menor margen de las empresas que apliquen la contención de precios. Una buena parte de las medidas del Pacic que tienden a incentivar la producción no cuenta con un efecto en el corto plazo.

El alcance del Pacic es necesariamente limitado, en virtud de que las causas de la inflación en México son externas, e incluso, sujetas a una fuerte incertidumbre que puede deteriorar el escenario planteado. No obstante, es bienvenido en estos aciagos tiempos de inflación.