Arturo Vieyra

Mercado laboral avanza, pero no suficiente

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Vieyra 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cuando hablamos de recuperación económica, del ascenso de la producción nacional, del PIB, referimos una situación en la que en última instancia queremos ver reflejado un mayor bienestar para la población. Más allá de que existen otros mecanismos para fortalecer las condiciones de vida de los mexicanos —como puede ser la ayuda social a través de los programas gubernamentales—, el apoyo más valioso y sustentable está en el empleo.

El crecimiento económico debe traducirse en mayores y mejores empleos. Sin menoscabo del impulso al bienestar que brinda la ayuda social, casi la totalidad de la población prefiere con mayor firmeza la estabilidad de sus ingresos, vía un empleo formal remunerado, a cualquier otra forma de beneficio.

Por fortuna, después de la crisis de 2020, los resultados en este ámbito han sido positivos. Si consideramos como proxi del empleo formal el número de trabajadores afiliados al IMSS tenemos que, según el reporte de octubre del instituto de salud hay 20,8 millones trabajadores registrados, casi 865 mil trabajadores más que hace un año, e incluso, 1.27 millones más que los registrados en junio del año pasado, cuando se llegó al mínimo por efecto de la crisis de la pandemia.

La recuperación del empleo formal ha sido relativamente rápida pero no suficiente, el nivel actual de puestos de trabajo sólo supera cerca de 40 mil a los existentes en octubre de 2019, es decir antes de la crisis. Además, la reactivación ha sido bastante asimétrica entre sectores. Ha habido un gran impulso a la generación de puestos de trabajo en segmentos como las manufacturas con 228 mil empleos más respecto a octubre de 2019, el comercio con 132.5 mil en el comercio o 120.6 mil en transportes y comunicaciones. En tanto que sectores como el de la construcción todavía muestran un rezago (35 mil empleos menos que antes de la crisis).

Un caso especial es el referido al empleo en el sector de servicios personales y para empresas, cuyo nivel está por debajo en 487.1 mil puestos por debajo de octubre de 2019. Esta caída tiene que ver con la persistencia de las limitaciones a la actividad por la pandemia y con la aplicación de la nueva ley del outsourcing. Si bien esta última disminuye el empleo en esos sectores de servicios, lo ha incrementado en el resto de las actividades económicas.

En paralelo al avance del empleo y, a pesar del incremento de la inflación, el salario promedio de cotización al IMSS continúa creciendo en términos reales —quitando la inflación— dando mayor poder adquisitivo. En octubre ascendió a 431.96 pesos diarios, 1.2% mayor en términos reales que en octubre del año pasado y 4.7% por arriba del mismo mes de 2019.

Si bien los resultados en el mercado laboral formal son alentadores, de ninguna manera significan una victoria sobre los profundos estragos causados por la crisis. A la fecha, los niveles de subempleo, informalidad y de las denominadas condiciones críticas del trabajo para toda la población ocupada, siguen siendo altos y por encima de los niveles precrisis.

El crecimiento de la fuerza laboral no se detiene (menos aún en los estratos jóvenes), ello ha acentuado el rezago y la pérdida de calidad en el empleo. La fuerza laboral formal sólo representa el 44% del total. Es necesario seguir agilizando la inversión productiva para generar más empleo formal y mejor remunerado. No hay de otra.