AMLO y Bush: crónica de una inundación anunciada

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Bibiana BelsassoLa Razón de México
Por:

Era 2005, el huracán Katrina pego durísimo en Estados Unidos, causó muerte y destrucción a su paso, hasta en refugios como el estadio del Superdome de Nueva Orleans, hogar provisorio para nueve mil refugiados, el agua y el viento arrancaron el techo.

En pocas horas, toda esa zona de Nueva Orleans estaba bajo el agua, había muertos y la gente había perdido todo lo que tenía.

La trágica inundación en Nueva Orleans se veía venir desde tiempo atrás.

Funcionarios locales habían advertido a Washington que urgía se les diera presupuesto suficiente para dar mantenimiento a la infraestructura hidráulica.

Pero eso no sucedió, es más el gobierno federal de Estados Unidos ordenó en ese entonces, la reducción más fuerte en la historia de Nueva Orleans para el control de inundaciones de 36.5 millones de dólares a 10.4; el presupuesto se desvió a la guerra de Iraq.

Elementos del Ejército siguen entregando apoyos a los miles de damnificados
por severas inundaciones en municipios de Tabasco, ayer.
Elementos del Ejército siguen entregando apoyos a los miles de damnificados por severas inundaciones en municipios de Tabasco, ayer.Foto: Cuartoscuro

El diario The New York Times acusaba en un editorial a George W. Bush de complacencia y de no haber estado a la altura de las circunstancias. “El país debe preguntarse por qué los diques en Nueva Orleans eran tan inadecuados. ¿Por qué se permitió a los constructores destruir las marismas y las islas que actuaban como barrera ante huracanes? ¿Por qué el Congreso, antes de las vacaciones, recortó el presupuesto dirigido a proteger zonas de las inundaciones?”.

Sin esa obra, para la cual se estaba pidiendo el presupuesto, se rompieron los diques que necesitaban ya una obra urgente y eso provocó que se desbordara el agua.

Pero además en ese entonces, la ayuda federal tardó 4 días en llegar y ante el reclamo del alcalde y de la gente, después de nueve días llegó Bush, entonces presidente de Estados Unidos, a visitar la zona afectada.

¡Sí, tardó 9 días en llegar a la zona!

El alcalde de Nueva Orleans, Ray Nagin, en 2005, reclamó al Gobierno de EU de la caótica situación que se vivió en la ciudad por su “falta de respuesta” ante el desastre.

Y acusó a las autoridades federales de “pensar poco” en cómo afrontar la crisis y mucho, en dar ruedas de prensa. “No paro de escuchar que la ayuda está llegando, que está llegando” decía el político local. “Y mi respuesta a esto al día de hoy es: ¡Sandeces! ¿Dónde está la comida?, la gente muere mientras las autoridades federales dan ruedas de prensa”.

Ese evento empezó a ser la debacle de Bush, de quien incluso se puso en duda la política de Seguridad Interior llevada a cabo por su gobierno.

Las críticas por el mal estado de la infraestructura que debía proteger de las inundaciones a Nueva Orleans, una ciudad bajo el nivel del mar, se siguen dando hasta la fecha, 15 años después.

El presupuesto de las obras en Nueva Orleans que se había supuestamente desviado a la guerra de Iraq, nunca se supo dónde fue a parar porque no se pudo comprobar la compra de las armas y Bush tampoco logró la captura de Osama bin Laden.

Todos estos factores sin duda contribuyeron a la derrota del Partido Republicano en 2008 y eso que después de la visita de Bush a las zonas devastadas, el Congreso de EU aprobó el envío al presidente de un fondo de emergencia de 10,500 millones de dólares, para la reconstrucción.

En esos días que he estado viendo cómo ha reaccionado el Gobierno federal y el Presidente López Obrador ante la tragedia de las inundaciones en Tabasco, me parece muy similar a lo que ocurrió cuando el huracán Katrina hundió Nueva Orleans.

Las inundaciones en Tabasco tampoco tomaron por sorpresa, el Gobierno federal ya sabía que existía el riesgo de que eso pasara. Lo que sucede es que son obras caras para contener el agua y darle cause.

Muchos tabasqueños estaban esperanzados, que teniendo por primera vez un Presidente de su estado se harían las obras necesarias para no sufrir más inundaciones.

No ha sido así, las prioridades están por ejemplo en la refinería de Dos Bocas, cuya obra por cierto también se inundó.

El Presidente sobrevoló la zona, varios días después, y apenas el fin de semana, resguardado por fuerzas armadas y desde lejos de la gente, acudió a las zonas afectadas.

Se habla de apoyos a la gente, pero no de una obra a fondo que evite futuras inundaciones. Y las descalificaciones, al igual que durante Katrina en Estados Unidos, aquí en Tabasco, se echan la culpa entre Manuel Bartlett, de la CFE, y el gobernador Adán López, pero nadie asume responsabilidad.

Como toda esa zona de Nueva Orleans que es muy pobre en Estados Unidos, está Tabasco en México.

Y como siempre, las tragedias les llegan más fuerte a los que menos recursos tienen, en este caso Tabasco no ha sido la excepción. Este estado es la crónica de una inundación anunciada.